domingo, 2 de febrero de 2025

Daniel Quintero (Buenos Aires, 1957)

 

Réplica

 

Cómo es el amor,
su entusiasmo destronando la cobardía.
Cómo de cierto y estipulado
así de manos sueltas
Intolerante, fugaz.
Ayer parecía que todo se moría,
hoy se murió y ya no importa.
Cómo es su epígrafe,
su temblor de fuego,
cómo su insuperable condición de ajeno,
impropio,
disfrutable.
Cómo es así de tonto,
inservible y voraz,
atento,
humilde
y desconsiderado.
De qué mar su salada coincidencia,
de qué verbo inquieto
trae esa manera
de colgarse en los abismos y surgir,
qué noche de amor es ésta
que no puede con su amor
rodeado de paredes que lo nombran,
le sepultan el egoísmo
y renace.
Cómo es el amor
insiste con su música,
espanta, aconseja
redime con su espera,
turbia naciente indisciplinada.
Por qué su sabor
de guerra en azúcar,
su estirpe de velorio,
esa partida en cada rincón de la ropa,
tajo negro
defendiéndose
en la dinámica
de trastornada simulación.
Por qué su piedad,
la fiebre provisoria,
agotado de sí y se exige
en su marcha de cruel anunciamiento,
por qué
divulgar su epidemia,
la constelación innecesaria de su repertorio,
su forma incipiente
al dar de frente,
el azar, el premio,
la caricia puesta
en el bolsillo,
la tumba de sus huesos
usados en tantos carnavales.
Por qué su lógica
de perpetuar
la especie,
días de más
en su línea de violencia,
qué del síntoma,
de la dosis,
la minusválida
emoción de supervivencia,
el triunfo
de su carta marcada,
qué de nombrarlo,
conocer su talle,
esplendido retroceso
en la profundidad
de su versión,
qué de más,
de incógnita y desprecio.
¿Por qué
tantos honores y desvelos
de qué cuidarse?
 

 

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