Epigramas, III, 27
A menudo venís cuando te invito
y nunca devolvés la invitación: te lo
perdono, Galo, si no invitás a nadie.
Pero invitás a otros: la falta es de los dos.
“¿Cuál?”, preguntás.
A mi me falta el juicio, Galo; a vos,
la vergüenza.
Trad. Ezequiel Zaidenwerg
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