jueves, 1 de junio de 2023

Adrian R. Morales González (Sancti Spíritus, Cuba, 1972)

 


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Naturaleza muerta con nísperos, baclava y anís confite

 

Un racimo de ira

destila el gran ojo famélico

que todo lo atomiza:

la fruta nueva,

las carcajadas pueriles,

la turgencia de las carnes.

En el concilio de los ogros

tu corazón,

vago por naturaleza (muerta

con nísperos, baclava y anís confite),

será la charcutería de los días oxidados,

el pasaporte de la pecora nera

al bautismo de Judas.

Entre sorbos y pretextos cuneiformes

transcurre este otoño funambulista.

De la semilla nacerá la puerta

y de ella la estaca que dejará ciego

a Polifemo.

 

Tras el indicio el maleficio.

 

Nadie vendrá a hacer inventario,

porque a nadie se le ha extraviado nada

en esta cueva,

ni siquiera un vago corazón

o un ojo hambriento e incendiario.

 

 

La penumbra

 

El poeta no sabe qué le espera

en la penumbra.

Tal vez el bifurcado mirar

de un ogro penitente

o un ritual de puñales que convida

a un sobresalto lejano de amonitas.

Un repertorio no concebido,

un suspiro evanescente,

cualquier desdicha,

o quizás el desfigurado adiós

de un amor prohibido,

un caos inexacto que clama vidas.

Las alas de un ángel divergente,

los omóplatos filosos de mi abuelo

que se estremecen al tacto,

los entresijos de palabras ignotas

y sin rumbo.

Un instinto de placenta

en la antesala del milagro.

 

Aquí no se está a salvo.

 

Morfogénesis del verdugo,

olor a matorral quemado.

¿Quién sabe qué tan profunda

es la penumbra?

Nadie pretende averiguarlo.

Solo el poeta aguarda

a que el viejo dolor amaine

para emprender su deliberado viaje

hacia el ocaso.

 

 

Ultramarina postura

 

Mi silencio huele al polvo del camino

y desprende destellos cinabrios

en lo oscuro.

Mis huesos trasnochados delatan

mi procedencia ultramarina.

 

Avanzo por la 18 de Julio

en la victoria del invierno

una mañana plomiza de un domingo

acre y enmarañado.

La mudez de mis congojas

encalla en la mirada de transeúntes

indolentes que esquivan mis latidos.

 

Me olvido de mí en alguna parte,

por aquello de la humildad, ya sabes…

 

En Tristán Narvaja un merolico

me acecha, repasa con sorna el precio

adulterado que ha de cobrarme.

 

(Montevideo, Uruguay. Agosto de 2018).

 

 

El ardid del fontanero 

 

En los recodos de tu recuerdo

los narcisos exhalan el aliento postrero,

los días se escurren del pentagrama,

la niebla se hace endémica

y en mi pecho yace el hueco

de aquella voz naranja

 que me habitaba.

 

Regreso a Ítaca,

—ese oscuro sitio donde fui feliz a medias—

con las huestes diezmadas,

vuelvo a desandar el camino infame,

a disfrazarme de estereotipo,

añejo autómata de periferia.

 

¿Y si detono una bomba

en los recodos del recuerdo?

¿Y si convierto los narcisos en ojivas?

Cortaría el tráfico

en las arterias de la razón,

doblegaría a tus huracanes de cobardía.

 

Soy el autómata de tus olvidos,

el proscrito de tu incoherencia…

y, aunque no lo creas, he regresado.

 

(Santo Domingo, República Dominicana. Julio de 2019).

 

 

El gnomo en la pradera

 

Desenredo la noche

varada en tu ingle

tramo arritmias

te sueño irreal y fósil

cavernícola del coito

erecto          humano          humo

acepto y te doy ojos

el morbo trepa en la vigilia

 

tu nombre soy yo mismo

triturado por almejas

un fango blanco

olvida en tu vientre

la rojiza manera de avergonzarte

de resucitar los peces del espanto

 

manos en sobreuso

roban tu fatiga

encandilas la madrugada

con pupilas sordomudas

viajo al límite

te beso

desgrano tu sexo

y no lo notas

ausente manera de avergonzarte

 

me bebo tus andanzas

naufrago en tus túneles sonámbulos.

 

(La Habana, Cuba. 2001)

 

Adrian R. Morales González (Sancti Spíritus, Cuba, 1972). Periodista, poeta, editor y traductor. Licenciado en Lengua Inglesa por la Universidad de La Habana. Aparece en Cuentos de amor y de abandono, antología español-italiano de jóvenes cuentistas cubanos (La Habana, 2001), y en Tránsito de fuego / Trânsito de fogo, antología español-portugués de jóvenes poetas latinoamericanos (Caracas, 2009). Reside en República Dominicana desde 2002. Fue corresponsal de Alhucema, revista literaria que se edita en Granada, España. Pronto verá la luz su cuaderno de haiku Vals de los ogros; se encuentra escribiendo su primera novela. Ha recibido varios premios de periodismo.

(Fuente:  Digo.palabra.txt)

 

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