jueves, 20 de abril de 2023

Martinus Nijhoff (La Haya, Holanda, 1894 - 1953)

 

El vagabundo

 
Mi vida solitaria deambula por las calles,
dentro de las paredes de la casa, a través de los campos, 
a lo largo de la costa.
Ya no fluye sangre por mis manos muertas,
Mi corazón ha abandonado silenciosamente los hechos.
 
Un monje enclaustrado de la época de Carlomagno,
con solemne cara flamenca, me siento apartado;
Observe a la gente que camina en un césped soleado,
escuche desde el muelle el estruendo de los marineros.
 
Una artista de la época del Renacimiento.
Por la noche, dibujo los ojos sonrientes de una dama
O, inclinándome hacia un espejo, escrutando los
míos y estudiando su asombrosa brillantez.
 
Un poeta de la época de Baudelaire
- Días pasados​​con libros y noches en algún café -
Maldigo mi amor y bailo como Salomé.
El mundo abraza el lujo y la miserable atención.
 
Un observador estoy en una torre alta.
Un espacio me divide del mundo que lo rodea,
que veo pequeño, lejano y sin sonido;
Ni oír ni tocar tengo el poder.
 
Cuando mis manos al fin se volvieron inactivas,
mis ojos vieron todas las cosas con tranquilidad;
Vi un tren de imágenes pasar por mí,
mosaico silencioso, con perspectiva ni perspectiva.
 
 
(Feunte: Literatura 451)

 

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