Un poema que escribí en el 2018. Ya lo he publicado. Retorna este domingo para continuar. La fotografía creo que es de una de sus películas
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SINÉCDOQUE
El pasado parece disperso
como una sardina viendo los tamaños del mar
pero está intacto, culpablemente intacto
No puedes negar que el presente es un regalo bruto
una puesta en escena transitoria
la catira, la catirrucia
la que hacía estallar volcanes de semen
la que fungió de símbolo en el Himalaya del deseo
Dicen que se suicidó sin querer
que la mataron de carambola en un billar hipócrita
pero lo cierto es que su corazón no gozó de todo su trabajo
(vaya con el Eclesiastés)
¿Puede alguien estar desnudo y arropado de misterio?
¿Puede alguien contentar la muerte?
Habrá respuesta en la mañana del mañana sin saciar lo oscuro
Si un helado de vainilla irradiara calor
y el sagrado olor de la vagina se convirtiera en piedra filosofal
podrían expresar pálidamente algunas de sus características menores
y no es que adoramos su recuerdo sin haberla conocido en persona:
es que no la olvidaremos mientras seamos carne natural
hombres del pasado hipnotizados como si todo el alboroto
repitiera el encanto de Simonetta en el Renacimiento
“Es como el vuelo de un colibrí: sólo una cámara puede expresar su poesía”
dijo de ella la señora que daba clases para entender el trémolo del corazón
que proponía Shakespeare
y lo que mejoraría el presente sería no continuar atormentando su feminidad
que carecía completamente de ingredientes masculinos
(¡Ese fallo perturbador!)
y enterarse de que ella escribió varios poemas
entre los cuales destaca completamente prístino, este que dice
“¡Socorro! ¡Socorro!
Socorro, siento que la Vida se acerca”
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José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne |
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