martes, 24 de junio de 2025

Talat Shahin (Abnoud, Egipto, 17 septiembre 1949)

 

 



NO ACARICIES LA SANGRE

 

I
Intentan mezclar nuestra cara con sus vergüenzas
y el aluvión de nuestro Nilo
intenta alejarse de la sangre de la muerte.
Muerte que sube por sus caras,
sangre que corre por nuestras venas,
traición que se mezcla en su sangre. 
 
II
Se desangran nuestros ojos.
¡Oh nuevo amanecer!
No recibas al traidor a la llegada de sus aguas
ni estreches las manos que llevan puñales.
Tal vez afrontes el color de nuestra sangre
y la aniquiles en los ojos de tus asesinos.
No acaricies la sangre
en los dedos del viejo traidor,
ni la palpes en los dedos del nuevo. 
 
III
¿Quieres que las espadas duerman en mi sangre
o no quieres en mi sangre las espadas afiladas? 
 
IV
Que espere la traición,
que espere la traición.
Nosotros no resistimos.
El muerto yace aún ensangrentado sobre la arena.
Aún se desangran las heridas de su antigua traición
y siguen abiertas las viejas heridas
apuntando como puñales sobre nuestros cuellos.
No soportamos
a quien besa los dedos del ensangrentado.
Nuestra sangre fresca está en los dedos. 
 
* * *
¿Acaso el mártir se desangra
para que el traidor entregue las espadas al enemigo?
¿Acaso el mártir se desangra
para que el traidor entregue las espadas al enemigo? 
 
 
 
(Traducción: Manuela Cortés García, española)
En: Siete poetas árabes actuales en España. Hijos de la travesía (2013)
Edición de José Sarria. Coordinación de Abdul Hadi Sadoun
Madrid: Editorial Verbum, 2013, pp. 35-37
 

(Fuente: Óscar Limache) 

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