Macizo
y balbuciente,
de lumbre,
en la gruta
y los trigales,
en las cuatro confiscaciones
de praderas
y guerreros;
pastoral
exaltado
en quejas, disputas,
y densas contriciones;
a puro y justo azufre,
hospedado
en el espléndido prólogo
del Libro III
de las géorgicas abejas;
de pie y canijo,
augusteo pero hirsuto,
no imperial
sino falacia pajarica,
casi pitagórico;
el inmediato valor
del hombre y el animal
frente a la congoja,
la predestinación,
la risa,
el objeto singular
y el número que extravía;
Oh, mantuano Virgilio,
oh, temblor de agua
y niebla,
burla
y promiscuo despecho;
pietas y humanitas
narradas a enemistad
perdurable,
a secreta devoción
y cadena.
- Inédito -
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