martes, 24 de junio de 2025

Héctor Giuliano (Piamonte, Italia, 1947)

 

Cada vez
que odio a la poesía,
Lucrecio
me divide en VI libros
y un suicidio.
 
Cada vez
que el veneno
mata, muere o morirá,
los hexámetros manchados
harán de él
un extraño
en las callejas de Pompeya
y el albedrío racional. 
 
Cada vez
que un átomo
me remueve la oreja,
simiente y vacío
lo consisten y discurren. 
 
Cada vez
que cortejo a Cibeles,
congoja y pasión
me amonestan
en llegar al crimen.
Los corderos que pastan
azafranes y afanes,
de albricias
y sin cesar huella,
se aislarán de manteca
y leche. 
 
Cada vez
sombría,
cada tanto
pensada y hecha;
el alma
se acogota impaciente
en un espacio que no lo es
y donde los muertos
decidirán regresar
a la tierra,
ya atmosféricos,
ya en efecto y redundancia.
 
 

- Inédito -

 

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