UNA NOCHE DE INVIERNO
Azotaba la ventisca la tierra entera
y todos sus confines.
Sobre la mesa ardía una vela,
una vela ardía.
Como en verano los mosquitos en enjambre
revolotean sobre la llama,
acuden en tropel los copos desde el patio
hacia el marco de la ventana.
La nevasca en el cristal esculpía
círculos y saetas.
Sobre la mesa ardía una vela,
una vela ardía.
En el techo iluminado
se proyectaban sombras,
piernas cruzadas, brazos cruzados,
destinos cruzados.
Dos botines con estruendo cayeron
contra el suelo.
Y lágrimas de cera goteaban
del candelero sobre el vestido.
Y todo se perdía en la bruma
canosa y nívea.
Sobre la mesa ardía una vela,
una vela ardía.
Del rincón soplaba el aire la llama,
y el ardor de la tentación
como un ángel desplegó sus dos alas
en forma de cruz.
Y todo el mes de febrero el viento
barrió la nieve, noche y día,
Sobre la mesa ardía una vela,
una vela ardía.
(Traducción: Marta Rebón y Ferran Mateo, españoles)
Poesías de Yuri Zhivago
El doctor Zhivago (1957)
Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2020, pp. 715-716
(Fuente: Óscar Limache)
No hay comentarios:
Publicar un comentario