NOCTURNACIÓN O SIESTA DE LA POCHI
.
.
Y la Pochi duerme despatarrada, perniabierta y con la grieta
ungida apuntando a la ventana también abierta, como si Pochi
fuese en verdad ventana, ventana por donde entra el sol o la
noche, pero donde se respira el aire pesado de las flores
pringosas de los baldíos, néctares dulces redulces néctares
hinchando las narices de la gente que cabe en esa palabra,
néctares de la locura de las flaquitas revoleando los jugos
las flaquitas, donde agonizan los viejos en el vaso hondo
de vino tinto, de juventud, de añoranza de flaquitas,
ya viejas o muertas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario