Expandida en un viaje germinante
Inéditos
En la arena
Cuando rasco la arena con mis pies
rasgo
las caderas del mundo
invocando su espíritu
la carne levanta
en cada rito de fricción
su condena
mientras la materia
inocente e inerte
permanece
abrazando su historia.
Agua jondeá
el agua aguda suda
subcutánea plenitud de mares
da de sí misma
sus armamentos inagotables
abriéndose en muchas aguas
saciando
las tribus acuáticas
que labran los caminos
donde confluyen
las almas
yo tengo una carreta oscura
en la que viaja el agua
una superposición de mareas irresolutas
desatada
en espacios sonoros
una resolución de glóbulos llega al pecho
y de él se arroja
expandida en un viaje germinante
rueda el agua ancestral
en un cuerpo joven y diminuto
espiral de manantiales
para colarse en el firmamento vital
por una pequeña grieta
del corazón jubiloso
fundiéndose con la corriente yuxtapuesta
ahorcando el siniestro del ocaso
con sus hebras de agua
divulgada descompresión de cavernas
agridulce sublingual
nocturna sin memoria
inagotable
que amenaza
sus enzimas devorando
la indigestible
brevedad
de los pólenes
intrusos
en el torrente de plomo proteico.
Membrana brava
un poco de constelación
quedó empollada
en mi mente
la sonoridad nutritiva
de una canción
de trapo
tiritando
escalofríos de pólvora
orquestando en la espiral
un fluido subversivo
ensanchando
un teorema
que persigue
rebotar su erizo
yo soy una tripa frutal
entre los pajonales
encendida de jugosidad
tras esta fina pared asediada
tras la membrana brava
se revela la memoria pulsante
plétora vegetal y vitamínica
donde espesa el alma
una antorcha que aprisiona sus márgenes
para que el ojo del fuego
no explote
y vierta
su mantra
desparramado en los cuencos
de la
oscuridad
hinchándola
de su oleoso misterio
perforando el subterfugio del albumen
que destilará
a puñetazos
un dado lanzado la palestra
que dice:
yo soy la casa y la cosa
la carcajada
estirada de la ola
florida estaca entre estrellas
punto forajido de presión
minúscula coordenada
que roza y destroza
las superficies indómitas
de tersos monolitos
los vertebrales meridianos
de nuestro firmamento.
Espiral de la mañana
El filo de la mañana se abre al tacto
succionando
las moscas insurgentes
en su lúdica espiral
boreal membrana
en que permea
nuestra densa vicisitud de átomos
para
polinizar
las burbujas torácicas
con tierra derramada
por brazos telúricos
que plantan
jardines trepadores
y afrontan la embestida
de la
discreta centrífuga
un vago vapor impregnando
las conjeturas fruncidas
de la rocas
implorando el
momentum
de la
ápsula forestal
que
exuda
tibias sales
con
la
presión
del embate
reverberando
señales de humo
un susurro efímero
en las venas un líquido lamento
en los folios
de otras embarcaciones
rociando sus pliegues náuticos
enlazando
el filo en el folio en el filo en el folio
y así
perpetuamos la
torrencial dinámica
de los pliegues
metálica matriz que nos traga
y nos eructa
hasta devolvernos
lúcidos y floridos
a la arena
para descubrir
quiénes estamos aquí
cuando estamos aquí porque
estamos
aquí
abriendo los folios
de la espiral
del mañana.
Neronessa / Santo Domingo, República Dominicana, 1988. Poeta y emprendedora social. Actualmente estudia un MFA en Escritura Creativa en Español en la Universidad de Nueva York. Ha publicado los poemarios La estirpe de las gárgolas (2006) y El volcán de la matriz electroelástica (2015). Accésit Premio de Poesía Joven de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo 2005. Desde 2007 es invitada anual en dicha feria y representó a la República Dominicana en el Bokmassan de Gotemburgo en 2019. Ha sido traducida al inglés, francés e italiano. Sus textos aparecen en una decena de antologías internacionales, entre ellas Transfronterizas. 38 poetas latinoamericanas (UNAM, 2016).
(Fuente: Periódico de Poesía.unam.mx)
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