No me exploren,
basta de punciones y biopsias,
no engrosen historias clínicas,
juramentos hipocráticos
y epiteliomas broncógenos,
con los mitos y centollas
que devoré
en aquellas aguas australes
de oro y pimienta
mientras la luz de la espuma
se deshacía
arrechuchada
entre gaviotas
y moluscos
con rostros de medusas
y latigazos de ceniza podrida.
-Inédito-
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