martes, 19 de noviembre de 2024

Héctor Giuliano (Piamonte, Italia, 1947)

 

Me acogotaron
para que guardara las armas,
ese perro
mundano
que borró la tradición borbónica.
Se me dijo
burlando
el oído
entre carmines,
albayaldes
y huesos rotos.
Oratorias y enconos facciosos
con una bayoneta
peinándome la panza,
el poderío
de la élite letrada,
esos líquenes
de mugres portar;
se me dijo
viet-ballena
y ese segundo orgullo
de la estrictez del zapato.
 
Nada rojo
en esta vida
que bulle apagada,
nada que se entienda
que no sea de otro,
nada en la discordia del resurrecto,
las premisas,
el ala extrema del futuro
y este colosal embuste
que alcanzó
la coherencia
y la desposesión del alma.

-Inédito -

 

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