6 DE OCTUBRE
Bienvenida, cielo.
Por la parte de culpa que me toca
y no es poca,
siento no poder ofrecerte otra cosa.
Lo que ves, lo que oyes y lo que sientes...
Siento no haber sido valiente.
Pero si pudiera,
si los hados me concedieran la oportunidad...
más que darte, te quitaría.
Te arrebataría la venenosa fragancia
que te darán los señores del mundo.
La ponzoña del odio,
de la injusticia,
la mentira.
Ellos te fisgonearán con vehemencia,
te olisquearán de arriba a abajo,
como bicho extraño,
para saber cuanto de daño podrías hacerles.
Mujer tenías que ser...
Lo deseaba con todas mis raquíticas fuerzas
porque intuyo que si existe la magia
solo puede renacer de vosotras.
Nosotros, los hombres,
hace siglos demostramos
que estamos incapacitados
para organizar las estrellas.
Por eso,
lo que te deseo
aquí en este mundo
es la maldición.
Ojalá te persigan.
Te tachen en sus cuadrantes.
Te obliguen a rezar al sicario.
Te hagan olvidar el abrazo.
Te exilien de la verdad.
Te intenten robar el juicio.
Te intenten desquiciar.
No es maldad mi deseo,
solo quiero que llegado el momento
conozcas al enemigo
y sepas como enfrentar al ogro nauseabundo
que lleva el odio en sus venas
y ansía un mundo expuesto.
Bienvenida,
bienvenida,
cielo.
(Fuente: Voces del extremo)
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