EL DESIERTO DE LOS TARTAROS
EL DESIERTO DE LOS TARTAROS
El único sueño,
la única vista, la sola belleza que llega a una torre
a una celda en el ala de un fuerte
siempre es un hecho incierto, difuso, fragmentado.
Más lejos, sin embargo,
donde la vista no alcanza,
donde el sueño se multiplica,
se mueven el demonio, la sangre,
las otras lunas.
Todas las almas que lleva una persona,
las que nadie, ningún humano en un fuerte
jamás llega a imaginar. Aquellas que vagan
o trascienden para siempre. Solas.
No los espejismos.
≈
TYKHE
TYKHE
Sé que la pasión que la historia permite
se desgasta como Keops, la bella Cartago, Alejandría,
los Imperios.
Y que siempre llegan días diferentes,
cuerpos, matices,
palabras idénticas
que trae la marea
ma chi ha veduto la luce non se priva, es cierto
y quien ha visto la sombra no duerme.
Hacen ambos lo mismo:
esperan.
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