miércoles, 26 de junio de 2024

Antonio Orihuela (España, 1962)

 

LA COFRADÍA DE LA BLANCA LANDA



 

Buscar la casa, el amigo, el grial, el tesoro, la perla,

rastros, retazos, fragmentos dispersos

de una máquina que tal vez nunca se podrá volver a armar.

 

Chamanes, brujos, gnósticos, cabalistas,

alquimistas, rosacruces, sufitas, tántricos,

grandes soledades que se miran y desvían la mirada,

gente brillante y llena de júbilo,

gente perdida en el laberinto,

fratres, germans, carbonarios,

compañeros entonces y ahora

dando forma al mundo en todo el mundo al mismo tiempo,

para que el mundo vuelva a ser como nunca fue y, sin embargo,

tantas veces estuvo a punto de ser.

 

Nuestra verdadera Historia

son pequeños fragmentos de ese mundo perdido:

un bifaz, una punta solutrense, un ídolo placa,

una tablilla cuneiforme, un cuenco de carena baja,

una estampa de Chenresi, una bandera roja y negra,

objetos que aún conservan el poder que un día tuvieron.

 

Joyas, elixires, filtros ocultos y a la vista de todos

en el tiempo del plástico y la banalidad,

junto a otros diez mil poderes arrumbados, perdidos,

cubiertos de otros significados, abandonados,

que ya no serán nunca más linternas para nuestro corazón.

 

¿Volverá la cofradía a ponerse en camino?

 

Aún quedan tesoros por descubrir,

amadas que liberar, tierras que descubrir,

jardines que cultivar, fragmentos

que nos dicen que las cosas

bien pudieran ser no como son

sino de otra manera, un poco mejores,

más generosas,

nuevas.

 

Ojalá alguien llegue a ver alguna vez

que este mundo ya no es como había sido.

 

Ojalá que uno pueda internarse de nuevo en el bosque.



Antonio Orihuela. Todo el mundo está en otro lugar. Ed.Baile del Sol.

 

(Fuente: Voces del extremo)

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