Un poroto en un frasco, una explosión de pececitos, una lagartija que era de toda el aula y que dormía una noche en cada casa hasta que la sortearon. Las tiras de neón del uniforme de una agente de tráfico que medía un metro veinte,
“nomás decí que no”, etcétera, un bebé de plástico equipado con un microchip, perturbadoramente realista en su peso y su forma de puntuar la angustia.
Fue el año de las dieciséis amenazas de bomba, el año en que me negaba a comer a menos que estuviera sola, o sea
de noche, tarde; el pollo, frío, grasiento contra el puño cerrado, y el helado de vainilla en un vasito para shots.
Después fumé un porrito o dos, volví a casa marchando a los tumbos por la nieve, leí un poco de Kierkegaard en la escuela, quemé unas galletitas en un hornito eléctrico en la otra punta del mundo, tomé sorbitos de café amargo
en el velorio de un desconocido, pasé por muchos puestos de control, me despedí llorando en una catramina, legado de un monitor de derechos humanos catalán, reducida a mi mínima expresión una vez más
hasta que al fin paré. Y ahora estoy sembrando mi vida en el lecho de un lago, rodeada de volcanes, con pancita, sintiéndome querida, precisamente en medio de un estudio planetario sobre el aire,
y dejo que el pan leve y que haga de sí mismo un recipiente. Pan significa aliento, significa placer, no significa nada, está perfecto así y es suficiente:
no sabría muy bien qué más decir salvo que, bueno, es un poroto en un frasco.
Trad. Ezequiel Zaidenwerg
EARLY LESSONS IN CARE
// A bean in a cup, / a burst / of guppies, a lizard / shuffled around /
the class for household overnights, / then raffled / off. Neon sashes
for a four-foot traffic cop, // just say / no, / et cetera, a plastic
infant / embedded with a microchip, / disturbingly / realistic in its
weight and punctuation of / distress. // It was the year of the sixteen
bomb threats, / the year I wouldn’t eat unless I was / alone, which
meant / late at night, cold chicken greasing the heel / of my fist,
vanilla / ice cream in a shot / glass. // Then I smoked a joint or two
and trudged home in / the snow, / read some Kierkegaard for school, /
charred snickerdoodles in a toaster oven on another edge / of the world,
sipped / bitter // coffee at a stranger’s / funeral, / slunk through
checkpoints, wept / goodbye in the rattletrap / bequeathed by a deported
/ Catalan human rights monitor, paring myself / down // again until I
stopped. And / now, / sowing my life into a lakebed, / volcano-flanked, /
belly soft, / loved, smack-dab in the middle of a planetary study on /
air, // I let the bread / grow / in the bowl of itself. / The bread
means / breath, means pleasure, means nothing, perfect, just / enough–
// I don’t even know what else to / say / about it, okay, it’s / a bean /
in a cup.
Era igual al momento en que un pájaro decide no comer de tu mano, y volar, justo antes de volar, al momento en que los ríos parecen aquietarse y detenerse porque una tormenta está llegando, pero no hay tormenta, o cuando cien estorninos despegan y se alinean antes de girar y bajar rápido, muy parecido a cuando manejás sobre hielo resbaladizo, y se te ocurre que tu auto puede patinar, justo antes de que lentamente empiece a patinar, como el instante previo a olvidar qué ibas a decir, era así, y después era aún así, sólo que todo el tiempo.
Trad. Carolina Méndez Alí
PART OF EVE’S DISCUSSION //
It was like the moment when a bird decides not to eat from your hand, /
and flies, just before it flies, the moment the rivers seem to still /
and stop because a storm is coming, but there is no storm, as when / a
hundred starlings lift and bank togheter before they wheel and drop, /
very much like the moment, driving on bad ice, when it occurs to you /
your car could spin, just before it slowly begins to spin, like / the
moment just before you forgot what it was you were about to say, / it
was like that, and after that, it was still like that, only / all the
time.
¡Cuídate, España, de tu propia España! ¡Cuídate de la hoz sin el martillo, cuídate del martillo sin la hoz! ¡Cuídate de la víctima a pesar suyo, del verdugo a pesar suyo y del indiferente a pesar suyo! ¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo, negárate tres veces, y del que te negó, después, tres veces! ¡Cuídate de las calaveras sin las tibias, y de las tibias sin las calaveras! ¡Cuídate de los nuevos poderosos! ¡Cuídate del que come tus cadáveres, del que devora muertos a tus vivos! ¡Cuídate del leal ciento por ciento! ¡Cuídate del cielo más acá del aire y cuídate del aire más allá del cielo! ¡Cuídate de los que te aman! ¡Cuídate de tus héroes! ¡Cuídate de tus muertos! ¡Cuídate de la República! ¡Cuídate del futuro!…
En "España, aparta de mí este cáliz" *, Obra poética completa, Francisco Moncloa Editores, Lima, 1968
*"Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya", Lucas 22.42
Nota:
Hace 70 años, con la caída de Barcelona (enero), Madrid (marzo) y otras
ciudades defendidas por el ejército y las milicias del gobierno legal
republicano, finalizó la Guerra Civil española.
Foto: Montblanch, cerca de Barcelona, 25 de octubre de 1938, despedida de las Brigadas Internacionales Robert Capa /Agencia Magnus
Te estoy esperando. He viajado toda la mañana entre la maleza y no he comido. Estoy acostada a la orilla del bosque sobre un camino polvoriento que viene desde el corral calcinado. Estoy jadeando, es mediodía, no encontré ningún abrevadero. Soy muy feroz cuando no he comido y aunque mis ojos se han vuelto rendijas por el sol debes saber que estoy lista para saltar.
¿Qué piensas de mí? Tengo un abrigo áspero como África. Soy ladina y con manchas negras como las planicies de hirsutos matorrales de África. Me extiendo como un bulto desgreñado de energía acumulada como África se extiende en sus aguas. Troto, galopo, esclavizo, soy rastreadora. Arqueo los hombros. Devoro muertos.
¿Te gusta mi canción? Cuando la luna fría y dura se derrama sobre el altiplano, yo canto y soy esclava de la oscuridad. Sobre muros de piedra, muros de lodo, sitios en ruinas y búhos, cae la luz de la luna. Olfateo un tambor roto. Me erizo. Mi pelaje es de plata. Aúllo mi canción a la luna — allá va. ¿Te gustaría encontrarme en yermos parajes?
Se dice que soy un buen partido para el león muerto. Llevo mi hocico a sus dorados flancos y desgarro. Es mi cena de oro, pero soy fácil de complacer. Tengo una multitud de colmillos y los utilizo. Oh, y mi lengua: ¿te agrado cuando sale colgando de mi quijada con tal largura y estoy riendo? No estoy riendo. Pero tampoco estoy gruñendo, sólo jadeo bajo el sol y te muestro con qué sujeto la carroña.
Estoy esperando el pie que resbala, el corazón que se detiene, los tendones que se aflojan al saltar, la pelea a muerte para pelearla a muerte, la mirada vidriosa y el rumor de la sangre. Estoy agazapada en mis áridas sombras hasta que estés listo para mí. Mi lugar es desmenuzarte y dejar tus huesos al viento.
La polilla encontrada entre tus papeles, no es un insecto. En su pequeño cuerpo está contenido el insomnio. En la rapidez con que escapa al verse descubierta, tu imposibilidad de evadir el olvido. Toda palabra es un hueco. Puedo decir silla, casa, pájaro o corazón y no tendría reposo, sombra o libertad, mucho menos seguridad de estar viviendo. La realidad no fluye entre esos dientes invisibles para el ojo de un hombre. Pero el sueño sí. En el audaz pozo que cava la polilla se desvanecen tus días. Todo es reducido a ese agujero donde empolla sus huevos la nada. De su voracidad depende tu permanencia. Las palabras son el pasto. Sólo el pasto: un mundo que finge copiarse —a sí mismo— al ser nombrado. Que nada turbe tu sueño de eternidad. Acéptalo y con dignidad inclina —elegantemente— la cabeza.
Y una mañana apareciste sorpresivamente bajo un sol ardiente y rojo de enero …
Apareciste con la delicadeza mansa y suave que te enmarca y te enarbola bajo un halo de solemnidad …
Apareciste haciéndome saber sobre tu bondadoso y apacible sentimiento, rebalsado de alquimias indescriptibles…
Apareciste con la profundidad de tu mirada donde puedo y me permites perderme cada vez que me reflejo en ella …
Apareciste con una sutileza envolvente, capaz de hacerme viajar a lugares inesperados …
Apareciste con todas las fuerzas y el ímpetu de un Amor nuevo y energizado hecho carne y pasión …
Apareciste como aparecen los hechizos, detrás de una nube con forma de corazón …
Apareciste amándome como quien ama descaradamente de un sólo impulso y para siempre…
Apareciste con tu voz tierna y sabia, voz colgada de un arpegio de sonidos de cuerdas…
Apareciste con una dulzura única y una clavada presencia de seguridad en cada una de tus palabras…
Apareciste con un sin fin de maravillas y propuestas salientes de tus manos dadoras de vida…
Apareciste con la verborragia de un enamorado destellando amor incondicional…
Apareciste con tu elixir de amante fuego, sellando y marcando cada una de mis zonas somnolientas de amor…
Y
estás… apareciendo, impulsando, movilizando, buscando los destellos
de un amor incandescente ; incandescente de luces que solo pueden ser
espejo de una mejor y placentera vida .
CON MI COMPAÑERA, EN LA ESCUELA...
Con mi compañera, fluimos y flotamos en los aires más densos y pesados.
Con mi compañera, somos libres e irreverentes.
Con mi compañera, cantamos las historias no contadas.
Con mi compañera, bailamos los ritmos de la desigualdad, de la ignorancia y también los de la lucha cotidiana.
Con mi compañera, batallamos todos los sinsabores diarios.
Con mi compañera, comemos mandarinas ácidas y en cada semilla que tiramos se van nuestas penas.
Con mi compañera, proyectamos simplemente con una mirada sincera.
Con mi compañera, hablamos siempre con los mismos códigos de la ética y la justicia.
Con mi compañera, somos niñas haciendo inteligentes travesuras.
Con mi compañera, soñamos e inventamos mundos imaginarios e ideales para sobrevivir a la inmundicia que nos rodea.
Con mi compañera, nos sentimos plenas en medio de susurradores y bibliotecas ambulantes.
Con mi compañera, leemos los poemas más libres e inclusivos.
Con mi compañera, guerreamos para la adquisición de más derechos de les que habitan/habitamos las alulas.
Con mi compañera, tenemos un idéntico transmitir y caminamos juntas.
Con mi compañera, militamos la conciencia de clase en un contexto difícil y paradójico.
Con mi compañera, institucionalizamos lo que nadie quiere que se vea ni que se escuche.
Con mi compañera, construimos sentidos desde la literatura y desde nuestras improntas.
Con mi compañera, lucimos incandescentes y luminosos verdes que ciegan a quienes no desean el bien.
Pero
jamás podrán quitarnos ni robarnos la fuerza, el coraje, la valentía y
la alegría que nos impulsa a trabajar por una educación inclusiva,
equitativa y de calidad.
Voy a serte ruido
cuando el último espasmo
del visceral grito se desvanezca
y no haya nada más,
para ti,
que el sueño imposible del silencio
o la aspiración sempiterna
a las palabras disecadas.
Voy a sernos despedida,
aunque en este mundo
se perpetúe la constancia del saludo
o la inclinación prolongada al abrazo
sobre el lecho de lo que se empecina
en resistir,
aunque todo aquello
para lo que nos criaron
fuera una eternidad adoquinada
o un par de manos infantiles
que te muerden la cintura.
Voy a serte muerte
a pesar del tiempo que nos
desgastamos en vivir,
a pesar del incontenible susurro
de los cadáveres que nos acompañan.
Voy a serte olvido,
aun cuando nada
de lo que hemos cultivado
se pierda,
aun cuando todo lo que acostumbramos
acariciar entre los dedos
sea una tribu de estrellas
reventadas en plena flor,
aun cuando esta promesa luminar
desemboque en algún universo alterno
corriendo y aullando
sin torso ni memoria.