A la abuela, Josefa Emilia Acosta
In Memoriam
Cada mediodía en el álgebra del asma, la mujer,
que desplumaba a las gallinas del cogote,
despertaba el canto de los gallos,
tragaba viento pampero,
hervía
con un pedazo de amor,
la vergüenza del corned beef
la bondad del borsch
la herida entera.
Angelita de la guarda, sin guarda,
casi sin nada, hizo presente
casi el todo.
Útero adentro de las barcas
que se hundían,
cernía las sombras del paraíso.
Lo todo, estremecido, da en su luz.
***.
(Fuente: Daniel Freidemberg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario