lunes, 27 de marzo de 2023

Donatella Bisutti (Milán, Italia, 1948)

 

tres poemas










Opuestos



Ya era hora de despertarse
pero la luna todavía
se espejeaba alta y plena
sobre las aguas
una cola de lagartija su rastro brillante
Era la Noche
aunque si al borde extremo
el cielo ya se enrojecía
una pálida y delicada mejilla
un pétalo frágil
Y era el Día
nada los dividía
un límite indefinido
degradado
aun así
Noche y Día
uno delante del otro
eran los Opuestos.

~

La vibración de las cosas



Cuando el alma como un perro
se deja acariciar, indefensa
entonces toda concentrada en el placer
que da la vibración de las cosas
entonces es fácil separarse de sí
se insinúa, luego irrumpe
el externo en el interno.

~

Límites



Primero habíamos fijado el espacio
de la habitación del hotel
con las cucarachas en el baño
al oeste hasta el quiosco de vidrio 
transparente en el muelle
al este la terraza de la escuela coránica
a la sombra de las glicinias
Después habíamos fijado el tiempo
hasta la noche del domingo
cuando todos se habían dispersados
a la bajada del barco
tras haber intercambiado direcciones
en ese espacio-tiempo
hicimos precipitar la tempestad
que nos ha sorprendido desconocidos y desnudos
intensa y breve
si ha disipado.

***

Versiones de Nicolás López-Pérez

/

Opposti


Già l’ora del risveglio
ma la luna ancora
a specchiarsi alta e piena
sulle acque
una coda di geco la sua scia lucente
Era la Notte
Anche se al bordo estremo già
il cielo s’inrosava
pallida e delicata guancia
petalo fragile
Ed era il Giorno
Niente li divideva
un indefinito confine
uno sfumato
eppure
Notte e Giorno
una di fronte all’altro
eran gli Opposti.

~

La vibrazione delle cose


Quando l’anima come un cane
si lascia accarezzare, inerme
allora è tutta concentrata nel piacere
che dà la vibrazione delle cose
allora è facile staccare sé da sé –
si insinua, poi irrompe
l’esterno nell’interno.

~

Limiti


Prima abbiamo fissato lo spazio
dalla stanza d’albergo
con gli scarafaggi nel bagno
a ovest fino al chiosco sul molo
di vetro trasparente
a est la terrazza della scuola coranica
all’ombra della glicine
Poi abbiamo fissato il tempo
fino alla sera di domenica
quando tutti si sono sparpagliati
alla discesa del battello
dopo essersi scambiati gli indirizzi
e in quello spaziotempo
abbiamo fatto precipitare la tempesta
che ci ha sorpresi sconosciuti e nudi
intensa e breve
si è dileguata.
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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