UN POEMA DE NI LUGAR A DONDE IR
APOCALYPSE NOW
Sobre los campos de té
se levanta la esperanza,
azul,
como el resto de los días.
En la estación de las lluvias,
nuestro amor nos hará dignos a la tierra
y a los antiguos soldados.
Al cruzar el río
se amontonó el agua
y tuve que llorar
porque descubrí
que nunca sería inmortal.
Mi amada es adorable,
incluso cuando no practicamos sexo.
¿Por qué lloras?
Y me consuela de mi destino mineral.
¿Morirse?
Mucha gente lo hozo antes.
Cómo te quiero,
mi pequeña flor de loto.
Me sabe mal seguirte engañando
con eso de que soy periodista.
Lástima que me tenga que ganar la vida
matando vietcongs.
Antonio M. Figueras
Ni lugar adonde ir
El sastre de Apollinaire
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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