De Bocas baldías
Buenos Aires, 2000-2001
Una botella
rota
en la cuneta,
¿quién la bebió?,
¿quién
la rompió?
Una botella
rota,
con su etiqueta
y su barro.
Su pico
apunta
al cielo,
y si te acercas,
a tu frente,
como un dedo
vacío,
sin uña,
sólo borde.
Una botella
rota,
más allá de todo
olvido,
en la media cuadra
del suburbio.
Andén
Un hueco, un vacío
de tormenta
en las miradas,
en la voz, las voces,
y un desierto
precario
en la espera.
Ese hombre inclinado con su palo
en medio del basural,
donde las bolsas de nailon
y los olores gruesos,
en marejada,
cubren el paisaje,
no busca la felicidad,
en cualquiera de sus versiones,
o acaso sí
creyó ver un atajo
allá, en los límites
del horizonte,
entre bolsa y bolsa,
o recuerdo y recuerdo;
una felicidad fugaz,
con un palo,
o posible o creíble,
mientras el sol lo alumbra.
(Fuente: Eduardo Dalter sitio oficial)
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