La nave avanza lentamente
Por el gris de la mañana entre la niebla.
Sobre el agua amarillenta de un mar fluvial
Surge la ciudad gris y velada.
Se entra en un puerto extraño. Los emigrantes
Enloquecen, se apiñan furiosamente
En la áspera embriaguez de la lucha inminente.
De un grupo de italianos, que va vestido
De manera ridícula, a la moda
Bonaerense, arrojan naranjas
A los paisanos sorprendidos y gritando.
Un muchacho de andar ligerísimo
Prole de libertad, preparado para el salto
Los mira con las manos en la faja
Multicolor e insinúa un saludo.
Pero muestran feroces los dientes los italianos.
(Versión de Antonio Aliberti, 1986)
Campana fue tempranamente diagnosticado de esquizofrenia y sus padres lo enviaron a Buenos Aires en 1907, a sus 22 años, para que encontrara trabajo y con suerte sanara. Viajó por el país, tuvo distintos empleos y volvió a Italia en 1909. Hizo dos viajes por Europa, fue arrestado varias veces y finalmente internado en un hospital psiquiátrico en Scandicci (Florencia), donde permaneció hasta su muerte en 1932 a sus 42 años.
(Fuente: Jorge Aulicino)
No hay comentarios:
Publicar un comentario