Poema dedicado a todos los que callan cuando no
deben hacerlo y a todos los que hablan a destiempo.
Me he vestido de negro
Como el cielo en la noche
Todo lo que miro duerme
Y no hay camino que vaya
Más allá de mí mismo.
Se oyen las sirenas
De los barcos
Se huele el humo
De las fábricas.
De improviso una estrella
Se escapa de la noche
Y la esquirla lejana
De algún cordero inquieto
Rezonga entre misteriosa
Y mágica. Adivino
Sin siquiera proponérmelo
Que mañana será diferente
Este traje, este rostro
Esa luz que milita
En Ananivia cuando todo
Se llena de nostalgia
Y va y viene la nave
De los locos.
Me he vestido de blanco
Esta mañana, ya
Borradas las sombras
Y el cadáver despierto.
***
-PBM. 28.05.2024-
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