POEMA DE UN SOBREADAPTADO
Lamento y consuelo de Kublai Khan
Oh qué cómodos
Los pasillos, las luces, las rápidas estaciones
Los trenes de larga distancia
euros
son mi debilidad,
son mi segundo hogar.
-después de aquella cúpula dorada en la montaña-.
¡Que amables los sanatorios
apenas accesibles para la Horda Dorada,
pero crearé el Seguro Social,
y la Medicina Prepaga,
los sanatorios
con sus cuartos y televisores
son mi segundo hogar
Qué amables las antenas
celulares
y las grandes parabólicas
en la niebla.
Oh los días se deshacen
como el carbón bajo el
golpe de la pala, pero no hay,
no hay ya humeantes locomotoras
no hay vapor en los bosques, no hay
sino niebla y sombras en la nieve
las luces y las rápidas ciudades.
Mi único hogar es Eurostar.
Jorge Aulicino, "Revolución, divino tesoro", inédito
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