jueves, 6 de febrero de 2025

Jan de Jager (Buenos Aires, 1959)

 

Señales de humo 

 

                     -para Jorge Aulicino-
 
 
Para inspirarse,
se sienta y enciende
una de sus innumerables pipas.
 
Así, meditativamente fumando,
va hilvanando versos – 
 
Lo que el insigne poeta ignora
es que a la par del poema
que su pluma anota,
también su pipa va emitiendo
indudables mensajes de humo.
 
La pluma:
Aquel impulso por cambiar la vida
era ya nostalgia en los sesenta
 
La pipa:
¡Aqueos! ¡Aqueos! ¡Saqueos! ¡Arde Troya!
 
La pluma:
bajo fríos árboles
y gatos en el brezo 
 
La pipa:
¡Atención! ¡Contingente de mongoles avanza sobre Hēichéng!
 
Ballena varada en la playa
vengan todos a faenar,
antes de que se pudra todo. 
 
¡Alerta! muchos comanches se aproximan desde el este. 
 
Barcos con cañones remontando el YangTse, parecen ser Hélán
(esto se manifiesta con humo naranja)
 
¡Alerta! Carapálidas entran en Territorio Sioux
liderados por Rizitos de oro.
 
En un raro y fascinante equilibrio
alzada entre cúpulas.
En vilo 
 
Sojera deforestando 
 
Cañoneras quieren entrar en Cantón.
Ostentan pendón Yīnggelán.
(este mensaje parece provenir de una pipa de opio)
 
Ballena varada en la playa
Vengan todos a faenar,
antes de que lleguen los winka. 
 
y en la tarde, en el anochecer de pájaros 
 
Annuntio vobis gaudium magnum
Habemus papam
 
 
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Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949)

 

Dinastías

 

Volaban papeles en remolino en torno
del coronel Cañones —en el otro cuarto
Isidoro exhalaba su aliento a whisky
sobre la almohada—;
el amanecer en la urbe
lo distrajo de un pensamiento:
el desierto
inconmensurable abierto*
donde todo ocurría a lomo de oveja,
carne del desierto.
El sol del desierto, el indio
corriendo a los marcianos con una alpargata,
o esa vez en que trémulo de pavor se pensó bravo
y acometió feroz ** contra los chinos
o quizá eran coreanos,
—o japoneses—,
que iban a instalar una bomba atómica en el Chubut.
Jamás, se dijo, mi sable se manchó de sangre
y dormitaba en el cuarto de huéspedes
de la estancia del cacique, y sin embargo,
¿qué culpa es esta? ¿este bajo fondo del heroísmo?
este arrabal del planeta recorrido por el tornado
de mi remordimiento.
Patoruzú ha ganado la batalla, su tierra
se asienta sobre un imperio sumergido,
dinastías de bronce y barro, tangos bailados en ojotas...
Sin embargo, me come el corazón una deuda…
Luz es lo que la gente necesita, luz y viento, eso solo
es la vida, efímera, circunstancial, hueca,
para que en ella soplen canciones y fantasmas.
---
 
*Esteban Echeverría, La cautiva.
** Glosa de Almafuerte, Sonetos medicinales.
 
Jorge Aulicino "El hombre del codo en la ventana Barnacle, 2025
 
 


Allen Tate (Winchester, Estados UNidos,1899-Nashville, Estados Unidos, 1979)

 

Homilia 

 


                            
 
 
                         Si tu ojo te ofende, arráncalo
 

Si tu cabeza cansada y silenciosa
Desgarra la sombra con mirada fija,
Enloquecida por la maldición de un brujo
Imaginado en algún lecho locuaz,
Y si en su escenario oscuro tu cabeza ensaya
El quinto acto de la noche de final de temporada,

Pues corta sus contactos, uno tras otro,
Y tira a la basura el duro cortex,
Y cuando te hayas maravillado de las guerras
Que teje en su interior, llena de humo sus corredores,
Rompe su cerrado pliegue con forma de gusano
Al que la muerte se arrastró, acorralada y furiosa.


En  Poems 1922-1947 
Versión de J. Aulicino


Homily


"If thine eye offend thee, pluck in out"

If your tired unspeaking head / Rivet the dark with linear sight,/ Crazed by a warlock with his curse/ Dreamed up in some loquacious bed,/ And if the stage-dark head rehearse/ The fifth act of the closing night,// Why, cut it off, piece after piece,/ And throw the tough cortex away,/ And when you've marvelled on the wars/ That wove their interior smoke its way,/ Tear out the close vermiculate crease/ Where death crawled angrily at bay.
Tate en este sitio:
---
Foto: Tate The Famous People
 
 
(Fuente: Campo de maniobras)

 

Carlos Dariel (Buenos Aires, 1956 - 2024)

 

Cinco de "HAIKU BONSAI"

 
 
la lluvia
esa costumbre
del alma
.
no hay dudas
es una nube
el cuerpo
.
posada
la mariposa
florece
.
esta noche
me lleva lejos
me trae
.
espuma
clara palabra
del mar
 
C. D.
 
Puede ser una imagen de ‎1 persona, gato y ‎texto que dice "‎Dariel اه በት. Carlos astan Tb Carlos Dariel, 1 de agosto de 1956 de julio de 2024. Vivió en CABA en Haedo, Provincia de Bs. As. Fue poeta, ensayistay gestor cultural. Publicó, en poesía, Segün /Fuego (Nostromo, 2004), Cuestion lugar (Nostromo, 2007), Donde sed (Macedonia Ediciones, 2010), Bajo elfulgor El Mono Armado, 201 Bocas de deCeniza (Leviatán, 2023). IMACEDONIA‎"‎‎
 


(Fuente: Daniel Gayoso)

Pascal Quignard (Francia, 1948)

 

Los desarzonados.

 

"Un lazo originario une a los hombres entre sí: la culpa que 
conmemora el sueño de un crimen realizado contra otro.
El amor al Padre se llama política. Su asesinato se llama historia. 
El alma individual se reduce a la culpa (haber amado a su madre, 
haber matado a su padre, haber devorado todos los animales 
salvajes, haberse comido la naturaleza en esos animales, sus peces, 
sus pájaros, sus frutos, sus raíces, haber robado la herencia). 
El destino inflexible de cada uno es un conflicto sin fin entre todos. 
En las familias, en las parejas, en los grupos, todo se rompe, y al 
romperse se contrapone aún más. La guerra sin tregua entre naciones 
vecinas, la guerra sempiterna entre dos sexos que difieren, la guerra 
civil finalmente convertida en interior, confinada en el interior de uno 
mismo hasta la angustia".
 
 
*Pascal Quignard, Los desarzonados, p105-106
 
Puede ser arte de sobretodo y monumento
 
Foto René Magritte (Belgian, 1898–1967) "Pascal’s Coat (Le manteau de Pascal)", 1954.
 
(Fuente: Daniel Edgardo Petasne)

Gamaliel Churata (Puno, Perú, 1897 - Lima, 1969)

 Puede ser una ilustración de una persona

 

INTERLUDIO BRUNÍLDICO

Extraordinario poemario rescatado del olvido. Publicado en 1931 en el diario El Comercio de la ciudad del Cusco. Gamaliel Churata vierte en estos versos todo el dolor por la muerte de su amada Brunilda y de sus hijos Teófano y Quemensa. Por el valor testimonial de estos poemas, consideramos necesaria su publicación en formato virtual. Gracias a la labor de rescate emprendida por nuestro amigo José Luis Velásquez Garambel, es que tenemos disponible el presente poemario. Asimismo, la revista WAYRA de Suecia, bajo el auspicio del Centro de Estudios y Trabajo «América Latina» (CETAL), mediante su editor Carlos Arroyo, lo publicó en su edición Nº 5 del primer semestre del 2007. la Revista APUMARKA de Puno, en su edición de homenaje a Gamaliel Churata y el grupo Orkopata publicó también el poemario. (Wilmer. http://skepsis-wilmer.blogspot.com/)
(nota: la edición completa se puede revisar en el blog de enlace dedicado exclusivamente a Gamaliel Churata arriba mencionado, los poemas que se presentan aquí son sólo una selección en forma arbitraria)
 
 

INTERLUDIO BRUNÍLDICO
(Gamaliel Churata)
El Comercio – Cuzco1931
Prólogo

Creo que al hablar de arte americano decir que no somos originales equivale a decir que no hemos encontrado el lenguaje que traduzca en fórmulas estéticas el contenido espiritual de América; esa fuerte emoción panteísta que, avasalladora y dominante, se impone desde el paisaje andino.

Creo, incluso, que hablar de paisaje andino es un error léxico, y estrictamente, no es lícito. No podemos hablar de paisaje con referencia al mundo americano, ni en sentido pictórico ni como interpretación del medio ambiente, ya que el paisaje surge como una forma característica de lo objetivo correlativamente a una determinada posición del intérprete. El paisaje es, pues, actitud vital, valorable sólo por quienes pueden proyectarse. Es situación en la que inciden los haces luminosos que hacen posible la comprensión total de lo interpretado, vale decir la VIVENCIA, acudiendo al léxico filosófico de la estética alemana. Lo inicial para vivir lo objetivo como paisaje es, pues, estar situado, y esto es lo que falta en América. Esta actitud vital no se ha precisado para el hombre andino. No hemos conseguido adoptar la posición conveniente para la vivencia de nuestro mundo particular. En otros términos, no estamos situados frente a lo cósmico. Esta carencia de actitud, dice tanto como desequilibrio entre psiquis y naturaleza; falta de correspondencia entre léxico y paisaje: en definitiva, total ausencia de espíritu.

Acaso no sea posible para el hombre americano (refiérome al colla y quechua mestizos encasillados en la cultura de occidente) situar lo vital dentro de lo cósmico en la misma manera que lo han hecho los hombres de otras razas y de otras culturas, pero, fatalmente, lo vital y lo cósmico americano deben mantener relaciones; deben existir entre ellos especiales nexos de correspondencia que no podemos aun precisarlos, siendo lo único efectivo por ahora, que nosotros IGNOREMOS DONDE COMIENZA EL HOMBRE Y DONDE CONCLUYE EL PAISAJE.Esta, de momento, aventurada afirmación, pretende llevar implícita la solución de muchos problemas culturales, psicológicos y políticos, atribuyendo nuestra falta de contextura espiritual a un dislocamiento entre el cosmos y la vida. Aquello de que vemos el paisaje deformado por lentes ajenos llegados de ultramar viene a ser un postulado axiomático para la solución del problema de nuestra cultura, acaso, sea preciso volver a asegurar que cada paisaje tiene sus líneas de enfocamiento que le corresponden sustantivamente. Dicho esto no parecerá extraño interpretar los poemas de Churata como paisajes verbales, donde el cosmos balbucea y la tierra dice su palabra ordenadora. Ha desaparecido el poeta en sentido clásico. Ha desparecido como intérprete transmutador de valores y sólo vive como energía cósmica. La frase por él dicha es la que llega desde la soledad de la puna, por boca del viento, arrugada en el entrecejo del picacho, estrangulada por la garganta del abismo. Es la frase pura, lavada por el arroyo, dada a secar al sol y que surge limpia, mañanera, depurada, nuevamente vivida.

Así por el despojo, por un renunciamiento heroico a todo lo cultural extraño, como hace Gamaliel Churata, se puede llegar a lo propio, a lo sustantivamente americano.

¿Barbarie y primitivismo? No. Simplemente poemas que parecen dichos en el primer día del génesis de la palabra; cuando los vocablos claman por la realización de la forma e intactos de virginidad traducen un estupor mañanero de ojos deslumbrados. Poemas que son como un desgarramiento viril de la entraña cósmica; como el grito anunciador de una desfloración propicia al germen de las nuevas formas en el dominio del espíritu.

A.D.D.27 de abril de 1931.


I

Se elogia el nombre de la Amada


Tu nombre fue un tibio cristal de madrugadas
Venías, hornalla, sonando, desde la garganta del arroyo.
Te vertiste como la leche dulce –
Sonrisas solares - hasta atenuar mi gesto,
¡copo de nieve! ¡pluma suave! ¡trino auroral!
Ya confundo mi grito, atestado de voces,
en tu rosa mejilla, dormida en amor,
dulcemente engreída en mis fogatas…
muñeca de ojo asiático, trigueña de Inti;
te besamos, tierna mama, caricia de tu pulpa
reclinada en mi músculo…

¡Brunilda: sorbo tu nombre desnudo,
bañado en rocíos empapado en canciones!



II

Holocausto de todo el amor para El


Yo perdi mi wawa una mañana,
cuando mejor danzaban los tuqus
enternecidos en mi canto!
Le he gritado fuerte desde entonces,
y desde entonces mis orejas,
están llenas de agua, están llenas de viento…
¿Para qué le lloras? Me dicen las imillas,
dándome sus senos,
al gozar del ñuñu
me he sentido como la leche, nuevo!
Más otra vez yo lo reclamo,
hozando sangre entre las nubes,
al filo de la madrugada,
en el vientre del agua;
porque esta wawa que se me fue un ratito, no mas, del pensamiento,

era un alegre tiro de mi honda,
la piedra de mi chujlla,
el dominador justiciero que floreaba!
¡Ya no quiero el seno de la imilla,
ni su pezón pintado de mieles,
no quiero para mi su pierna ni su brazo:
¡serán para mi wawa que ya viene!



VI

Liturgia de su carne virgen


Tímida insolación de gaviotas en el lago.
Adentro, el orto del sol
y el respiro inhollado del agua.

Estoy jadeante en el dintel de tus ovarios,
y me atacan las espadas del frío.
¿Quién está, pues, más intenso?
Luego se agarran a mi piel lobos de fuego…
¡Oh, bestia en mi, y yo bestia en ti, soledad!

¡Temerario y fragante, cimbro el sexo
con esta sed de carne virgen!


VII

Exaltemos su cadáver desnudo


Trilla el sol en los campos.
Las mañanas se alegran de niñez.
La tierra es virgen;
en las parvas hay cantos
y en las aleluyas de la fuente…

Brinca la imilla kalatita:
¡se desnudó la muerte en sus caderas!

Y una noche duerme cien años,
pero está preñado de cielo,
su vientre redondo de esperanza…

Canto de albas, de trinos,
la imillita revestida de campos.
Las flautas en el aire tienen tonadas de virgen.
¡Oh, tu dulce, tu hedionda desnudez!

IX

La cólera del Achachila

Me robé tu corazón, mama-kota,
y un día de sol reventó pajchas en mi kepi…
¡Cómo eran claros mi puñal y mi beso!
(Nunca querré callar bien dicho todo)
y se abrió un boquete maligno,
allá, por donde duerme el trasero del cielo!

Desde entonces me baña
la suciedad;
se me atraganta la sombra,
y me ahoga!

¡No fue el rayo, no!
¡Fue la línea escalonada de los awichos!

¡Ellos, ellos son: todavía tienen hambre de wawas!
¡Todavía!
¡Todavía!
¡Así aprendí para no llorar, a llorar!


XII

Y finalmente, el vacío.


Temblorosos de trinos,
vienen los pichitankas…
Despacito se descuelgan
en el kañiwal lleno de besos…
¡Son los cantores de la solana!
Cuando rompen el aire a trueno,
hay latigazos de luz entre sus alas.
Cada uno viene de muy lejos…
Si pudiésemos apresarlos,
dirían, callarían lo mucho que saben de nosotros.
¡son un piar continuo,
y un hilito de agua de siempre!
Todos son buenos. El canto los educa;
y si al canto se unen las alas
a eso llama un pichitanka…

Muy de mañana se acercaron a mi alma!
Mi alma que está oyendo unos pasitos en el patio,
y unos phusiris que rompen a bombo mis montañas,
llegaron en bandada,
y cada cual se trajo un airecito de lejanía,
y cada cual segó la mies de mi distancia.
Están yendo y viniendo.
Salen y entran
de mi alma…
Y cada vez, afanosos, traen una dulce alegría
y se van barriendo una tristeza.
 
 
(Fuente: lasmillenguasdeldiablo,blogspot)

 

Charlotte Brontë (Gran Bretaña, 1816-1855)

 

«A propósito de la muerte de Anne Brontë»

 

Traducción de Juan Carlos Villavicencio dedicada a nuestra querida Lore que hoy se nos fue



 
 
 
 
Poca alegría queda en la vida para mí,
      y poco terror siento por la tumba;
he vivido la hora de la despedida hasta ver
      a alguien por quien moriría si la pudiera salvar.

Mirar con calma el aliento que se apaga,
      deseando que cada suspiro sea el último;
anhelando ver la sombra de la muerte
      arrojada sobre esos queridos rasgos.

La nube, el silencio que debe separar
      de mí al ser más querido de mi vida;
y luego agradecer a Dios de todo corazón,
      agradecerle con fervor y de manera adecuada;

por más que yo supiera que habíamos perdido
      la esperanza y la gloria de nuestra vida;
y ahora, carente de toda luz, azotada por la tempestad,
      debo soportar sola la extenuante lucha.



1849














On the Death of Anne Brontë

There's little joy in life for me, / And little terror in the grave; / I 've lived the parting hour to see / Of one I would have died to save. // Calmly to watch the failing breath, / Wishing each sigh might be the last; / Longing to see the shade of death / O'er those beloved features cast. // The cloud, the stillness that must part / The darling of my life from me; / And then to thank God from my heart, / To thank Him well and fervently; // Although I knew that we had lost / The hope and glory of our life; / And now, benighted, tempest-tossed, / Must bear alone the weary strife.



 

Silvina Felice (Tierra del Fuego)

 

El dos después del uno
el tres después del dos
 
en el cuarto estante de la biblioteca
el libro
con todas las respuestas
 
entre los dientes
la rabia
entre las piernas
la razón
del orden de las cosas.
 
Nosotras
luego del cien
del mil
de todo lo que está antes
 
ubicadas
prolijas
limpias
 
al alcance de la mano
que se abre
y se cierra
como una flor maldita.
 
El dos después del uno
el tres después del dos
 
en el quinto estante de la biblioteca
la foto familiar
 
entre los dientes
el miedo
y entre las piernas
el cuchillo
que corta y recorta
que nos cobra con sangre
la osadía de ser
de estar
por fuera
del orden de las cosas.
 
 
Silvina Felice- 2018
 
No hay ninguna descripción de la foto disponible.
 
 
(Fuente: Grata Palabra)

 

Liliana Bodoc (Santa Fe, 1958 - Mendoza, 2018)

Liliana Bodoc: “A la literatura no hay que ponerle cáscaras ...

 

Las desobediencias de la Muerte

 

 
Sombra, así me llamaron.
Y no por ser menos que la luz sino por ser su oponente.
La noche para que exista el día.
La unidad para que exista lo múltiple.
Tal vez, la sed para que exista el agua.
 
Soy la Sombra. Y junto a mi tarea, recibí la prohibición de ser madre.
Injusta frontera que me niego a tolerar,
aunque mi desobediencia corroa el tronco de las grandes leyes.
 
Soy la Muerte y, a pesar de la prohibición, decido engendrar.
Pero mi vientre, que no fue planeado para otorgar vida, es macizo, sin 
oquedades ni líquidos.
Por eso, lo que deba suceder, sucederá en mi boca.
 
Ahora camino hacia el sitio que cuidadosamente elegí para aparearme 
conmigo misma:
el monte Nóferos que, por huesudo y cavernoso, es semejante a mí.
No necesitaré más sustancias que las propias, y mucha paciencia.
 
Cuando abandone este lugar, seré la madre Sombra. Y mi hijo…
¿Quién será mi hijo?

 

(Fuente: La Parada Poética)

Mónica Sifrim (Buenos Aires, 1958)

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Blue Monday

-
-
Era la tristeza
Como una arisca rama de palmera
.
Ya es mediodía
Los perros ladran a las espinacas
Las gallinas
Gritan Y yo guardo en mi mesa
Un altar con pequeños muñecos de madera
,
Juego con ellos un ácido ajedrez
.
No quisiera decirte que te extraño
.
(Soñé con vos
Y amanecí llorando)
.
Los labriegos miran a otra parte En otra parte suena
.
Esa guitarra de pequeñas cuerdas
Retorcidas
(Como siempre)
.
Las costuras del ánimo se hinchan
.
(Como siempre)
.
Toco en la tristeza
Un diapasón
 

En El animal que busco

 

(Fuente: Alejandro Méndez Casariego)

Eugene O'Neill (Nueva York, EE. UU., 1888-Boston, EE. UU., 1953)

 

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SUBMARINO

 

Mi alma es un submarino.
Mis anhelos son torpedos.
Me ocultaré sin que me vean
bajo la superficie de la vida
atento a las señales de los barcos,
sombríos y extremadamente cargados buques mercantes,
oxidados y mugrientos galeones comerciales
revolcándose con mórbida seguridad,
demasiado perezosos para temer o preguntarse,
ridiculizados por la risa de las olas
y la saliva de la espuma desdeñosa.
 
Los destruiré
porque el mar es hermoso.
 
Es por eso que acecho
amenazador
en las verdes profundidades.
 
 
________________________
en "Poems 1912-1944", Donald Gallup, ed., Ticknor & Fields, Boston, 1980. Versión de Jonio González. En la imagen, Eugene O'Neill (Nueva York, EE. UU., 1888-Boston, EE. UU., 1953 / New York Daily News).
 
 

SUBMARINE

 

My soul is a submarine.
My aspirations are torpedoes.
I will hide unseen
Beneath the surface of life
Watching for ships,
Dull, heavy-laden merchant ships,
Rust-eaten, grimy galleons of commerce
Wallowing with obese assurance,
Too sluggish to fear or wonder,
Mocked by the laughter of waves
And the spit of disdainful spray. 
 
I will destroy them
Because the sea is beautiful. 
 
That is why I lurk
Menacingly
In green depths.
 
 
(Fuente: Jonio González)

Ricardo Lindo Fuentes (San Salvador, 5 de febrero de 1947 - San Salvador, 23 de octubre de 2016)

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TESTAMENTO 

 

.
Yo, que nada poseo, lego:
al bello niño amado un castillo de naipes,
los oros del Rey de Oros
y un siete de diamantes,
y una noche de otoño donde murmura un río,
y una constelación en la noche del río
en el balcón más alto de la más alta torre,
y un trébol de cuatro hojas.
Sea mi corazón bajo un AS enterrado
en el jardín del viejo castillo misterioso,
y beban mis queridos amigos, recordándome,
una copa de vino.
.
De: «𝘈𝘮𝘢𝘥𝘰 𝘢𝘮𝘪𝘨𝘰, 𝘢𝘮𝘢𝘯𝘦𝘤𝘦» (2010)
Ricardo Lindo Fuentes fue un poeta salvadoreño 🇸🇻


(Fuente: Grover González Gallardo Poesía)

Darío Jaramillo Agudelo (Santa Rosa de Osos, Antioquia, 28 de julio de 1947)

 

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De la nostalgia

 

Recuerdo solamente que he olvidado el acento de las más amadas voces,
y que perdí para siempre el olor de las frutas de la infancia,
el sabor exacto del durazno,
el aleteo del aire frío entre los pinos,
el entusiasmo al descubrir una nuez que ha caído del nogal.
Sortilegios de otro día, que ahora son apenas letanía incolora,
vana convocatoria que no me trae el asombro de ver un colibrí entre mi cuarto,
como muchas madrugadas de mi infancia.
¿Cómo recuperar ciertas caricias y los más esenciales abrazos?
¿Cómo revivir la más cierta penumbra, iluminada apenas con la luz de los Beatles,
y cómo hacer que llueva la misma lluvia que veía caer a los trece años?
¿Cómo tornar al éxtasis de sol, a la luz ebria de mis siete años,
al sabor maduro de la mora,
a todo aquel territorio desconocido por la muerte,
a esa palpitante luz de la pureza,
a todo esto que soy yo y que ya no es mío?
 
 
Darío Jaramillo Agudelo
 es un poeta, novelista y ensayista colombiano, considerado el principal renovador de la poesía amorosa en Colombia y uno de los mejores poetas tanto de la llamada "generación desencantada" como de la segunda mitad del siglo xx.
#dariojaramilloagudelo
 
(Fuente: Adriana Hoyos)

 

José Craveirinha (Maputo, Mozambique, 1922 - Sudáfrica, 2003)

José João Craveirinha | Memória Comum

 

 

Grito negro

 

Yo soy carbón!
Y tú me arrancas brutalmente de la tierra
Y me haces tu mina
Patrón!
 
Yo soy carbón!
Y tú me asciendes, patrón
Para servirte eternamente como fuerza motriz
Pero eternamente no
Patrón!
 
Yo soy carbón!
Y tengo que arder, sí
Y quemar todo con la fuerza de mi combustión.
 
Yo soy carbón!
Tengo que arder en la exploración
Arder hasta las cenizas de la maldición
Arder vivo como alcatrán, mi hermano
Hasta no ser más tu mina
Patrón!
 
Yo soy carbón!
Tengo que arder
Y quemar todo con el fuego de mi combustión.
 
Sí!
Yo seré tu carbón
Patrón!


(Fuente: La Parada Poética)

 

Magalí Etchebarne (Remedios de Escalada, Bs.As, Argentina, 1983)

 

5 poemas 5 (+1)


Ilustración de Becca Stadtlander
Leí que la familia es un árbol, aunque me parece un mapa,
con sus bloques de tierra
personas y distancias
zonas peligrosas y ciudades a las que no volveremos.
En los velorios se juntan los continentes
por ese sismo imprevisto. ¡Pero si ayer hablamos!
Ahí estaba la tía con su lengua inentendible,
especie parlanchina y exótica,
y el hermano de mamá, una ruina,
desmarcado para siempre, reliquia de ese apellido.
Al principio, mi familia era mi jardín: enorme, único, suficiente.
Después poco, demasiado corto, una cárcel. Al final
me parece un planeta inexplorado,
alguien trae nombres de antepasados como pasajes,
otra sostiene un bebé puente, uno hereda las hijas
de una muerta y decide colonizarlas.
Una familia también
se parece a una preguntita
que alguien planta en el origen y
nunca nadie responde.


Ilustración de Becca Stadtlander

Cuando ellos ya no estén, solo
quedarán sus plantas
abrazándose salvajes, creciendo
desconcertadas. Mi hermana y yo
nos habremos llevado todo: los secretitos
de la noche grabados en la mesa de luz,
las cenizas que duermen en cofres de mármol,
todos esos muebles gigantes
como máquinas a vapor,
las fotos —todas las fotos en blanco y negro
en las que el pasado parece mentira—,
los problemas suaves, de épocas
sin distracción. Y así,
cargadas, vamos a caminar
por la costa varicosa de los años.
Alguna dirá ¿qué harán los que vengan
con la casa, con los dos plátanos altos
de la vereda? ¿Se animarán
a tirar todo abajo? Ese coraje
no será nuestro. Empieza después
de esta historia. Ahora, estamos de espaldas
al futuro, no es que lo evitemos,
juntamos fuerza.
Soltamos al cielo
palabras, un oráculo, una
traición. Ofrendas lanzadas al mar
cargadas de flores y preguntas, deseos
y nuestros nombres tallados sobre todo
lo que tuvimos: lo más bello y lo espantoso.
Después, ya no seremos animales pesados
husmeando en la orilla, sino esa pareja de aves
revoloteando su hogar.

Ilustración de Becca Stadtlander

Me gustaría escribir todas los días,
a la mañana bien temprano, a la noche bien tarde;
hacer de la escritura lo que abre y cierra mi día
escribir, corregir y reunir, tener paciencia y confianza,
arrojo para mostrar,
escribir con la impunidad de un hombre
que cruza la noche a toda velocidad
con las luces apagadas.


Ilustración de Becca Stadtlander

Ella por las noches leía y él por las noches se iba.
Así, mi madre me enseñó los libros,
mi padre, a escapar.
Los dos a su manera, a vivir sola.


Ilustración de Becca Stadtlander


Adentro tuyo puede haber
un bosque, un desierto, un mar,
aunque ahora estés siendo árida




MAGALÍ DIXIT

Cómo cocinar un lobo, Tenemos las máquinas, 2023


Un librero me contó que cuando vació la casa de sus padres encontró el diario de su madre, donde había secretos y hasta encontró cartas con otros hombres. Yo pensé que si me pasaba iba a tener material para la escritura. Pero lo que me pasó fue que no encontré nada; ellos se llevaron sus secretos y vaciar la casa de Remedios de Escalada, que fue la casa que construyeron mis abuelos, en la que vivieron nuestros padres y nosotras, para ponerla en alquiler fue como reencontrarme con los restos de una vida en común. Es horrible vaciar una casa, creo que es de las peores cosas que nos toca hacer. Sentís como si algo te pasara por encima. Me acuerdo que me dio mucha impresión ver un peine de mi papá tirado; habían revuelto las bolsas y se habían llevado otras cosas… No es que yo sea supersticiosa, pero también sentís que te están viendo mientras vaciás la casa, como que están ahí. Los muertos no están tan muertos como creemos”

en PÁGINA 12



Ph Catalina Bartol
Magalí Etchebarne
(Remedios de Escalada, Bs.As, Argentina, 1983)

de Cómo cocinar un lobo, Tenemos las máquinas, 2023
Contratapa Marina Mariasch
Lectura recomendada por Celeste Viñal

 

 

 

(Fuente: Emma Gunst)