El camino a Kurabuchi
.
al norte se despliegan montañas bajas
al sur parece oírse el murmullo del agua fluyendo en un río
poco a poco, las curvas de la senda atraviesan el campo
que lleva hacia la montaña,
entre los arbustos, dispersas, se abren las flores
si se ven de lejos no son flores llamativas
pero de cerca, cuando anhelas cortarlas, todas son particularmente bellas,
a mitad de camino a Kurabuchi mi mujer y yo recogimos un manojo de flores
eran pocos los nombres de flores que sabía
y tantos los nombres de ideas abstractas
que conozco
hace sesenta años llevaba flores a la pequeña casa que construyó mi padre
y las arreglaba en un jarrón de porcelana blanca remendado con alambre
qué bueno sería recordar este día después
de la muerte
una vez que olvide todas las palabras
.
De: «𝘚𝘪𝘯 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦𝘳 𝘦𝘭 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰» (2007)
(Traducción: Cristina Rascón Castro)
(Fuente: Grover González Gallardo Poesía)
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