Le dicen intento de suicidio
La novia de mi hermano no estaba preparada para
el raudal de sangre que salió. Él llegó a casa a tiempo,
pero le molestó el lío que había hecho en su cuarto su novia.
Yo me quedé paradoahí atrás, y me puse a mirar
cómo arreglaban como podían. Y a pensarel terror de
la existencia antes de que las cosas tuvieran nombres. Decimos “peonía” y hacemos una flor de ese lento retorcerse. Para enfrentarnos al terror de la repetición decimos: “un millón de años”. La muerte en todas partes no es ningún
problema si empezamos a verla como naturaleza, paisaje
o botánica.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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