CIII. FILTHY RICH: 1/1OO MUNDIAL. LA QATRIA SOLIDARIA CLAMA CHIROLAS DESDE LOS RISCOS HELVETICOS. ASCENSO AL ABISMO. TO LIKE OR NOT TO LIKE.
UN GOLPE DE DADOS
El salto de una casilla a otra al capricho del azar, pasando sobre el puente, alojándose en la posada, perdiéndose en el laberinto, cayéndose en el pozo, quedando prisionero en la cárcel, tropezando con la cabeza del muerto, visitando las casillas del marinero, del pescador, del puerto, del ciervo, del molino, de la serpiente, del sol, del casco, del león, del conejo, de la maceta de flores, etc.
(Explicación sobre el juego de la Oca)
LA ÚNICA DIMENSIÓN
Todas las cosas tienden a ser redondas.
(Dicho por el indio sioux Alce Negro al etnólogo Joseph Epes Browne que lo entrevistaba para un estudio de la raza)
EPITAFIO
El hijo de la tierra murió cuando se hallaba en camino hacia su planeta natal.
(Anuncio de la revista rusa Nedelia sobre la muerte del cosmonauta Vladimir Komarov)
VECINOS DE BUENOS AIRES
Entre mis vecinos de Buenos Aires hay miles de Pérez pero también tres Chaplin. Hay uno que se llama Bueno, hay otro que se llama Casanova y en el medio uno más que firma Malo. Entre mis vecinos de Buenos Aires hay cien Corderos, treinta Novillos y veinte Vacas. Pero también un Conejo. Hay treinta Carpinteros y algunos Kennedy, una señora que se llama Guía y un doctor Frankestein, que es de niños. Entre mis vecinos de Buenos Aires hay un Papa pero también seis Cristos.
(Lectura ociosa de la guía telefónica de Buenos Aires de 1966)
POÉTICA EXTREMA
–¿Qué haces solo a esta hora de la noche?
–Pedir.
(Respuesta que dio un niño de 8 años a las 2 de la madrugada, bajo la lluvia, en Madrid, a dos poetas que deambulaban obsesionados en desentrañar las diferencias existentes entre la metonimia, la sinécdoque y la metáfora.)
En Poemas plagiados, 2008
(Fuente: Biblioteca Ignoria)
HACIA LA POESÍA
Tú no sabes de dónde viene este camino
que no te llevará a ninguna parte.
Pero poco te importa, porque ha estado lleno de encantos,
mujeres, milagros y deseos de libertad,
has visto como si un caballo hubiera perecido bajo un ángel
y el ángel hubiera seguido a pie, éste es el camino
del olvido de uno mismo, sólo después has conocido el dolor del hombre,
pero también el de Dios, que va también buscando la felicidad,
Dios ese amante desgraciado...
DOLOR (1949 1955)
(Fuente: letrascontraletras.blogspot / Luis Alejandro Contreras)
viene en tu bestia
preferida
viene en el animal
de tu miedo
viene a matar
y mata
llega y mata muriendo
detrás de la sonrisa
(Fuente: Isaías Garde - Textos en transición)
Estoy acá sentada para siempre inventando gente nueva como si no bastase la explosión demográfica y no hubiese bastantes problemas y terror, como bien sabe Dios, pero yo sé también. Ése es el punto. Nunca hay bastante miedo que pueda equipararse a los placeres, ni abismo lo bastante profundo, ni tampoco basta el tiempo, y algunas estrellas siempre faltan. No quiero un cielo ni una tierra nueva, los viejos nada más. Ni tampoco una vida más allá de la tumba, que Dios me ayude, o yo me ayudo sola y entonces vivo todas estas vidas, nueve a la vez o por qué no noventa, para que así la muerte pueda encontrarme siempre con los flancos expuestos, sin fortificaciones ni defensas, inexpugnable, vulnerable, viva.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
(Fuente: Asamblea de palabras)
Vimos esa película que salió
este año, una interesante mezcla entre
la emotividad del pasto en Malick
y nostalgia que siente la cabeza al recordar
el robo para comer en la niñez
expuesto por Korine.
Con bastante acierto simuló
ser la historia de mi vida, pero las coincidencias
dejaron de ser graciosas
hace varios años. En la mitad de la función
uno de los niños protagonistas
—escondido de sus padres— toma un VHS
y le da play: la televisión muestra
una plaga de langostas como fachada
luego media hora con sexo hardcore.
Grandes senos noventeros, bigotes y cascos
de construcción: si cerramos los ojos
escuchamos luciérnagas, una piscina azul
llena con borrachos en madrugada o tu abrazo
apretado el resto del año.
Era una película deprimente
casi al final un adulto le decía a otro
que lo odiaba y que era asqueroso.
El otro respondía "Está bien, tú ganas".
Atrás en cámara lenta pasó una camioneta
negra con tres niños sobre su parte trasera
que citaban a Watanabe al tomar fotos
con el hueco de la mano
y disparaban al cielo para matar estrellas
así garantizando buenos traumas.
"Te dará un ataque al corazón!" grita una
"Qué corazón?" responde el otro.
"Se supone que desaparecerías", "Se supone
que me debías buscar, en eso consiste el juego
de las escondidas", pero nada ocurrió.
Vimos a nuestro padre llorar
nunca escaparemos de esto, a todos
nos salen moscas sin alas por los ojos.
¿Que me prepare
para un fundido a negro
luego de un beso?
¿Me dices que te compare
con una bandada de cuervos?
Lo entiendo. Queremos
mejorar, es necesario el rompimiento
de olas donde hubo algo de consuelo
y cero respeto. ¿Notaste ya que suena
una guitarra de fondo? ¿Su ritmo
no te acelera el corazón? Supongamos
que late, y que no hay un tronco de roble
siendo usado como almohada en tu cama.
Ese hueco al medio del pecho
tiene mejores usos que basurero.
¿Que te dedique más que un estornudo
y maleza, palabras?
Según tus pestañas cuando se queman
tanto al sol expuesto paladar:
debo cantar como los pájaros
si arrancan de mi cursi poesía.
No recuerdo cuál de los filósofos
que tanto te gustan, habló algo sobre
la muerte de un príncipe en las alcantarillas
y un coro compuesto
por muros que derrumbándose
dan paso libre a un ejército de bárbaros.
El punto es que creo habla
de nosotros, como todo.
¿Que te dedique más que un cosmos
en expansión y pronto a morir?
¿Más incluso
que eso?
Todavía no salía el sol, y ya había amado
y dejado de amar veinte veces
a la misma persona. La duda la llevaba
al colegio el primer día de clases.
Nadie llora por ella en el cementerio
antes de tiempo. Lo miró, como quien de paso
y siendo un niño: imagina el juguete
que nunca llegará. Te amo. Silencio.
Él no dijo nada. Prendió un cigarro
se dirigió a la ventana. Trató de abrirla
sin éxito: Lo sé, no te culpo —respondió.
Silencio. Vacío. En diez minutos
ambos estarán ya en el pasado
de tu memoria. Luego la sombra del halcón
girando en círculos sobre los restos de un bosque.
Un frasco lleno con lágrimas
te regalo. Y las gracias
me das entre aullidos
de lobo. El miembro de oro
poso sobre tu suave tordo.
¿Lo sabes, no?
Nuestro viaje
no tiene casa, sino lodo, escombros
letras que sangran
por dentro, la punta es el comienzo
del norte y nuestro amor
que por ideal se apaga, reclama.
Me contaste un par de historias
sobre nebulosas color burdeo
que proyectan neón en quien las escucha.
Brillé una semana. Ahora lo recuerdo:
del suelo subió a toda prisa una manzana
para colgarse de la última rama. Tal vez el amor
es como la pimienta cuando se sopla, y la memoria:
papel celofán, silbidos bajo el agua, deseos que se piden
al pascuero del supermercado. Tomé tu mano, juntos
recorrimos un sendero muy angosto.
Era febrero, en el cielo más que espuma
y evolucionados dinosaurios, había humo.
Así como un equilibrista de piedras irregulares
en el río
me siento inventor del pánico
y sus crisis.
Viéndote llorar sobre la única comida diaria
aprendí que puedo masturbar mi cuerpo
y apuñalarme el estómago
hasta eyacular sangre
y, sin embargo, seguiría siendo
el ídolo de alguien con refrigerador
y mucho espacio en él.
Tal vez sea cierto lo que dijiste
antes de olvidarme, esto no parece poema
pero debes aceptar
que en el fondo de tu hogar
refrigerado está mi pene
sobre un plato de loza fina
y eso
algo de poesía
debe tener.
Matías José Morales (Talca, Chile, 1988). Es poeta, plomero y psicólogo. Ha colaborado con diversas revistas de poesía latinoamericanas. En el 2021 publicó el libro Polución Nocturna (BAP).
(Fuente: Círculodepoesía.com)
(Fuente: Descontexto)
(Fuente: Jonio González)