EL GLADIOLO...
El gladiolo está allá, parado, inmóvil.
Parece una mujer de gasa,
un hada.
como la luna,
el casamiento,
la muerte,
la nada.
Me atrevo a mirarlo,
lo espío,
a través de una puerta,
que se entreabre, misteriosamente.
Es una hoguera fría,
un chorro de azúcar,
es como mirar un ensueño.
A veces, despliega todas las manos,
los cálices, los ojos,
y apresa una especie de hostia,
una almendra,
que él mismo
hace aparecer en el aire,
para él.
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en "Clavel y tenebrario", Arca, Montevideo, 1979 / "Los papeles salvajes", vol. I, Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2000. En la imagen, Marosa Di Giorgio (Salto, Uruguay, 1932-Montevideo, Uruguay, 2004 / Folha-Archivo personal Marosa Di Giorgio)
(Fuente: Jonio González)
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