Tao Te Ching, LIII
Si tuviera un poquito de cordura
para lanzarme a andar por el camino,
sólo me cuidaría de una cosa:
aunque el camino se presente llano
a la gente le encantan los rodeos.
Se levantan, lejanas, las mansiones;
pero en los campos crecen sólo yuyos
y en los graneros no se guardan granos.
La gente se obsesiona con la ropa,
marcha por el derecho a portar armas,
saca fotos de todo lo que come
y acopia más de lo que puede usar.
Más caminantes, menos salteadores.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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