PATRIA POBRE
Yo conocí en mi patria sólo rostros vacíos,
hombres de mirada prematuramente cana,
balnearios de hueso
Yo sólo recuerdo ojos en la niebla.
Así era mi padre :
Un hombre que miraba la lejanía
como si él mismo estuviera por venir.
Así son los que en mí caminan cuando duermo,
así son en mi patria
los hombres, los pueblos, las cárceles, el mar.
Yo no conocía el rostro de mi patria.
Tuvo que caérseme el corazón a un pozo.
Tuve que alzarla chorreando alaridos,
tuve que oírla llorar de miedo en las prisiones,
tuve que verla con su cartel de ciego en los suburbios,
para comprender que la patria
era lo que me dolía bajo tanto dolor.
Porque no es cierto que en mi patria
crezca una flor de espuma inmóvil,
y no es cierto que allí el crepúsculo
coma en la mano azul de las muchachas.
Yo sólo vi pueblos ojerosos,
sementeras de gritos,
gemidos tan grandes
que ni por la calles más largas podían pasar.
Por eso no tengo tardes fulgurantes, ni muchachas risueñas a la orilla de una flor.
Yo apenas recuerdo un país de gente tan pobre
que ni siquiera en el ocaso da sombra.
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de “Las imprecaciones” (1955), en “Poesía incompleta”, Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, 1976. En la imagen, Manuel Scorza (Lima, Perú, 1928-Mejorada del Campo, Madrid, España, 1983) y Agapito Robles por Américo Cerna, 1973 (Casa de la Literatura Peruana)
(Fuente: Jonio González)
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