lunes, 21 de noviembre de 2022

Charles Baudelaire (París, 1821-1867)

 

El Enemigo

 






Mi juventud solo fue una tenebrosa tormenta,
Atravesada aquí y allá por unos brillantes soles;
Las lluvias y los truenos hicieron tal estrago
Que restan en mi jardín muy pocos frutos rojos.
He aquí que alcancé el otoño de las ideas,
Y debo trabajar con el rastrillo y la pala
Para juntar de nuevo las tierras inundadas
Donde ha cavado el agua hoyos grandes como tumbas.
Y quién sabe si aquellas flores con las que sueño
Beberán de esta tierra, lisa como una playa,
El místico alimento que les brinde su fuerza.
¡Oh dolor, dolor, el tiempo nos come la vida,
Y el Enemigo oculto que roe el corazón
En nuestra sangre perdida crece y se hace fuerte!
 
 

En  Les fleurs du mal, 1857, 1861
Versión de Jorge Aulicino

Foto: Charles Baudelaire por Etienne Carjat (detalle) Getty Images
 
 

L'Ennemi

Ma jeunesse ne fut qu'un ténébreux orage,
Traversé çà et là par de brillants soleils;
Le tonnerre et la pluie ont fait un tel ravage,
Qu'il reste en mon jardin bien peu de fruit vermeils.

Voilà que j'ai touché l'automne des idées,
Et qu'il faut employee la pelle et les râteaux
Pour rassembler à neuf les terres inondées
Où l'eau creuse des trous grands comme des tombeaux.

Et qui sait si les fleurs nouvelles que je rêve
Trouveront dans ce sol lavé comme une grève
Le mystique aliment qui ferait leur vigueur?

— Ô dueleur! ôdouleur! Le Temps mange la vie,
Et l'obscur Ennemi qui nous ronge le coeur
Du sang que nous perdons croît et se fortifie!
 
 
 
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)

 

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