viernes, 25 de noviembre de 2022

Héctor Hernández Montecinos (Santiago de Chile, 1979)

 

de "debajo de la lengua"













 

Una fiesta y ni un nombre



Los países envejecen más rápido que la gente
se vienen abajo con tanto peso y con tan poco
las estaciones del año y del metro
ya no dicen nada a nadie
como las canciones, los pájaros, los sueños.
Las fiestas terminaron hace rato
y solo los fantasmas siguen hablando
de los láser y las luces ultravioletas
drogados como caballos dentro de un shopping
hace millones de años.

El pasado es para los infelices
que andan por los mismos lugares
buscando nuevos horizontes, como el amor,
idénticos a sí mismos.
Y sí, las ciudades se deprimen
aunque parezca lo contrario
y se comienza a hablar del fin del mundo
cuando uno quiere robarse algo.

Doy vueltas en lo mismo
el piso está lleno de palabras que se me caen
como dientes en un sueño supersticioso
pero esto es una fiesta, me digo
debo salir del baño de una buena vez
y pedirle disculpas al chico y no.
La música ya no es bella –nunca lo fue–
ni él ni yo y da lo mismo
el mundo no está bien.

Contra la pared todos parecemos importantes
aunque sea unos segundos
y bajamos la mirada vestidos con la ropa
que se deshace donde se pone el sol
pero es otra cosa.
La gente finalmente baila
porque fue feliz en otros lugares
y se imagina desde los ojos del que se mueve mejor.
El piso es lo que me conmueve
un cielo construido a patadas
que somos para los vecinos de abajo.

Puede ser el alcohol o las drogas
no estoy ni seguro de si estoy vivo o muerto
o si imagino un avión rumbo a Mar del Plata
pero no he pensado en la poesía esta noche
esa familia quebradiza y entusiasmada
que habla con los volcanes e inhala poemas resecos.
La fe se gana y se pierde
como kilos del alma –odio esa palabra–
con un poco más o menos de emoción
y finalmente de eso se trata todo esto:
solo el arte es felicidad.

~

Complejo del exceso



Mi cuerpo se inclina al escribir
con tantas palabras en el inconsciente.

Hola lengua
hola mano
yo veo su descomposición
en las letras de mi nombre.
Más allá de esos escombros yacen
unos borrachos en calzoncillos
con el deseo de ser dioses
cuando el espíritu es del tamaño
de esta habitación.

Tuve huellas y líneas del destino
en mi espalda
–secreciones, carroña–
y gotas de luz en mi boca.
Un hombre me preguntó
por el veneno verbal
y examinaba el movimiento de mi corazón
como tocado por un ángel de la guerra.
Yo me dejaba lamer. Era mi lugar.
No me resistía
porque esa es la vocación
cuando uno es un muchacho
arruinando el paisaje.

Yo como él
muchas veces soñé estar hecho de ceniza
parado junto a la carretera
pidiendo un aventón
como si fuera un trocito de Dios
pero el día es cruel
aunque depende su duración
de la forma en que el fuego convierte el hielo
en una noche que no puede cerrar sus ojos.

Amanecerá y estaré muerto
por el festín o la circunstancia
confundiendo palabras y volando en círculos
alrededor de la R
una patria distinta
después de matar a mis padres.
Escribir es profanar.
El cuerpo
es mi única posesión
y todo lo que aquí puedo tocar
resulta ajeno
pues lo propio y la palabra “propio”
se han extraviado
en el bosque de la representación.

~

Hijo mío no regreses nunca a casa



Hijo, no regreses nunca a Chile
tu patria ya no es tu patria
tus amigos no te saludarán.
Solo polvo y ceniza es nuestra casa
y tu ropa se la llevaron los vientos del sur.
Sácate de la cabeza la idea del regreso
nada es como nunca
y nunca es peor
y peor y peor y peor.
Tus libros los saquearon
quienes alguna vez te leyeron
pero ya no
no creas eso de que
todo océano vuelve a ser desierto
y toda montaña regresa a la profundidad.
Con quienes te acostaste hoy te niegan
y a quienes diste tus poemas
los han arrojado a la basura
y dicen que es estiércol.
No regreses nunca a Chile
porque estamos desapareciendo
la muerte se murió
y el poder lo tienen los buitres
y las hienas.
Viaja por países
báñate en los mares que existen
y bebe de los ríos dulces
escóndete del sol en cada árbol
sigue el camino de las nubes
y llora debajo de la lluvia:
sueña todo lo que no puedo soñar yo.
Hijo mío, tu país te odia
porque tú lo odiaste primero
maldijiste a la vanidad
y al fascismo
se los dijiste en la cara
y no apretaste los dientes
como tantas veces te lo dije.
Tus heridas fueron más profundas que las mías
y tu tristeza más grande que tú.
No pienses en regresar
es en vano
querrán escupirte y en la calle te insultarán
seguirán haciendo sus fiestas
para burlarse de todo lo que tenga que ver contigo
y se mofarán de cada una de tus palabras.
Ya no hay vestigios de ti
ni fotografías viejas
los vasos donde bebiste cerveza
los han quebrado en nuestras ventanas
y todo lo que rompiste
me lo han venido a cobrar.
Los que eran tus más cercanos ayer
han sido quienes más se ensañaron
para que no dijera nada sobre ellos.
Por eso te digo, hijo mío
no quieras regresar a Chile
sobre todo por una última razón:

Chile
eres
tú.

~

Contrarretrato



Hasta los diecinueve fui un demonio solo para mí
y un dios del tiempo muerto con los otros
solo porque hui de toda necesidad
que es el origen del odio y del poema
también del deseo y el capital
todo esto se lo robé a la muerte
que significaba mi vida hasta ese momento
Yo perdono al mundo
aunque el mundo no haga nada para que yo lo perdone
una vez en medio de una lejana noche me dijo
–ándate a tu casa pendejo
tu madre se convierte en fantasma
y los fantasmas no valen la pena

Creo que mis amigos muertos se me parecen de improviso
porque han dejado la casa de su espíritu
y vagan por las noches sin necesidad de llaves ni drogas
ya no tienen problemas con la intuición
ni con los vecinos
es triste no saber dónde escriben
o cuál será el destino de lo que desaparece
sin embargo todo sea mejor
que arrastrar en vida una sombra

Como quisiera que todos los hombres fueran mis primos
y vivir con ellos lo que no se hace con otras personas
para que los años acompañen a la nostalgia
que produce cruzar el océano
o dormir solo en otra ciudad

De mí casi no queda nada
salvo una pena que es más grande que yo
y que ha derrumbado casi todo
menos a la imaginación que es la loca de la casa
y la casa es la propia naturaleza
Aún soy contemporáneo de las flores de mi biblioteca
que sueñan con árboles sagrados
en el más profundo bosque del sur de mi cerebro

Mi abuela mi madre
y de otras mujeres de mi vida
he aprendido la oscuridad y la firmeza
que ofrece el peligro convertido en pasado
sus manos estrujaron la soledad
que es sentirse como se siente
Todo corazón hecho a golpes tiene una voz más dulce
que las frías amanecidas que lo vieron desangrarse
Yo soy todas las personas que conozco
de esas nadie soy yo
río lloro me pierdo en el mar de dudas con ellas
que es lo mismo que decir conmigo

Hasta los diecinueve fui un demonio solo para mí
esa será mi eternidad

~

Declamar



Ni mujer ni hombre
me siento doblegado a la ternura de ella
y a la virilidad de él
en medio de ambos escribo
enamorado de la complicidad y el camarada
con el cual bajo la noche
tintineamos los huesos junto a los pájaros
que ponen trampas al deseo y la hendidura

En este sentido el Amor va más allá de lo físico
pero más acá del placer
y quizá sea una sola cosa con la amistad y el arte
es decir el amor a veces calienta
en especial cuando comienza o se sabe que va a terminar
ya no sé cuánto confío en él
porque exige propiedad capitalista
y el mercado lo ha convertido
en un corazón pintado de rosa
la Amistad es mejor
nadie se da cuenta cómo llega a excitarse
con ciertos gestos o palabras
en una playa una fiesta o una fría sala
además todo queda como un pacto de amigos
y la idea es no hacerse mayor problema
por último
en el Arte
uno puede ser un monstruo
y siempre habrá alguien que le gustó lo que escribes
y quiere quedarse contigo

La poesía tiene su público
y los que se lamentan son cobardes
o están deslumbrados con el éxito
todos escribimos desde la necesidad y el hecho de estar solos
y cuando alguien se calienta con eso
se rompe el círculo vicioso y al frote

Nada más exquisito hay que después de una lectura
se acerque un chico a hablar cualquier cosa de la poesía
y terminar con él en el horizonte de la habitación
donde fueron escritos esos poemas que tanto le gustaron
al amanecer se irá y uno podrá dormir un rato
pero al despertar los ojos se llenarán de lágrimas
pues en ellas están todas las ganas
de irse con ese muchacho
pero nunca es así

Un poema dura una sola noche
nada más
un libro puede ayudar para que él
no olvide tu nombre
porque casi siempre regresan a su visceral matriz
a desentenderse del oficio de la literatura
y todo lo que ha significado
el culo blanco que es el libro mismo
el beso de los testículos
y la Vía Láctea

Las palabras suelen quitarle muerte a las cosas
a la vida misma
y nada tiene que ver con la propiedad
pues no son de nadie pero tampoco son mías
así como el río o las nubes
entran en el mar o a la noche
uno quisiera morirse dentro de alguien
siguiendo las señales del camino
que apuran o reducen la velocidad
para perderse en lo profundo de una piel
más suave que una pluma
que lleva donde uno no sabe
que también puede irse

Escribir
entonces
es más que unas íntimas preguntas
o un montón de pajas mentales
tiene que ver con convertirlo a uno en primo de sus lectores
y hermano con el que de ellos te acuestas
la poesía invierte los papeles
y perder significa perderse con alguien
emocionado y dispuesto
a amarlo solo una noche y que te olvide al día siguiente
aunque los cuerpos se quedan en uno
y al escribir todo se aleja
con las ganas no cumplidas de que los poemas
entren en la boca y no vuelvan a salir

~

Super Ghost



Viendo las altas frecuencias de un espectro
que estrangula sus cuerdas vocales
en el frío abrupto e inerte de una noche
que ha reventado la temperatura
para que el amanecer no llegue.
La naturaleza fantasmal
de esa primera palabra solo es
un pre resplandor, un eco
una brisa dormida.

Vibran sus estrías
con cada uno de los latidos de sus pulmones
y la transparencia alfilerada
de su expresión en posición fetal.
Circula su desaparición fotográfica
masticando la espuma que brota desvelada
letra a letra de una finalidad que era un principio.

Hay que aprender a hablar la lengua muerta de Dios
solo así nos libraremos de los fantasmas
que no se cansan de la pirotecnia
de las moscas columpiándose
en los párpados de algún cadáver
o de sus caricaturas sonámbulas en la TV.

Es así como debe morir el miedo
con la cabeza llena de cohetes
y luciendo un caleidoscopio en el ombligo
como trampa para las sombras
del metabolismo mohoso
para que ni un crujido en la oscuridad
desboque a la atmósfera de su terciopelo de color.

El pasado llegará sin anunciarse
sin esos pedazos desangrándose de otro mundo
riéndose de las primaveras del abismo
llegará descolgado a Cochabamba
atravesando con su flecha de tiempo
a cuantos alucinados quieran
excitarse con las tetas de la realidad.

~

Monos en una jaula abierta



¿Sabes si habrá vida en otros perros?
le pregunta una pulga a otra.
No te pido que me respondas
la ciencia no ha demostrada nada
ciertamente todo es teoría
la democracia, Dios y la muerte.
Sombras se pasean entre estos seres vivos
heredaron un esqueleto muy pequeño
mi querido sabelotodo, demasiado pequeño
pues a nadie le importó la ley
que dice que el mundo
está hecho a la medida de su propia destrucción.

Te miro en el espejo del baño
hablas solo porque tú no estás ahí
no hay teoría que dure cien años
a menos que nadie crea en ella.
No tomas desayuno
no tienes tiempo
camino al laboratorio recuerdas qué fecha es
un cumpleaños ¿no?
puede que sí y puede que no
¿una fecha histórica en Quito?
buscas en la laguna de tu mente
miras allí si hay alguien
esperando algún regalo o con una sonrisa estúpida.
Nada de eso, mi querido sabelotodo
te esperan los monos con las cabezas abiertas
las ratas que hacen fotosíntesis con sus hormonas
y las fórmulas mágicas de la relatividad.

Te sientas
intentas recordar
pero la sala huele a toxinas
a nervaduras y sangre
¿te gusta oír tus juguetitos de cristal? ¿no?
llega la noche y estás solo
lástima me das.

La ciencia no es más que tambaleo
querido sabelotodo
miedo y puro miedo
para amanecerte ahí
sin saber porqué
un cerdo tiene un orgasmo de media hora
ni menos la razón de que los judíos
no se los coman.

Millones de hombres
no saben ni siquiera
quiénes eran sus padres
y aun así sus células nerviosas
creen que ciertas ratas marsupiales
evolucionaron hasta convertirse
en Plotino, Whitman o Cristo.

Será mejor que a casa no regreses
de aquí ya no eres dueño de nada
tu hijo mayor acaba de caer del segundo piso
y la bebé convulsiona.
¡Basta, sabelotodo!

La psiquiatría no es lo tuyo.

~

La huida de los bárbaros



Alguna vez soñé con ustedes
en esas noches sin poder dormir
un país los veía recorriendo
conmigo a cuestas
en una silla de ruedas espiritual
bailando alrededor de cualquier accidente
para celebrar que la geografía
es una figura literaria pero al revés.

Éramos una caravana
tan hermosamente solitaria y triste
pero no nos descarriábamos del delirio
que significaban nuestras risas en fila
escuchándose sobre las aburridas olas
que repiten las mismas letras
hace millones de años.

Los muchachos estos
se hastiaron de los colores de sus patrias
y comenzaron a caminar sin rumbo fijo
de un día para otro
las familias se encogieron de brazos
viéndolos salir de sus casas
como hipnotizados por una noche
que no imaginaban.

Desde todas las ciudades
se iban sumando
agrandábamos nuestra pena
y no nos soltábamos de las manos
porque así era nuestro pacto:
la sangre que nos une será el gozo
de la buena voluntad
más allá de los géneros
los nombres y los espejos.

Todos sus órganos son ojos
con que mirar lo que sucede
y las películas que han visto
les parecerán parpadeos de la historia.

Mientras avanzábamos
yo pensaba en esas hordas de bárbaros
que cientos de años atrás arrasaron
con el más grande imperio
ahora un grupo de muchachos camina
siguiendo las exhalaciones de la noche
y es dulcemente más terrible.

Entrábamos a los hediondos bares
y allí realizábamos ceremonias y alianzas
para no dejar de avanzar
pasábamos a los terminales a reírnos de los que creen
que se van o llegan a alguna parte
en las carreteras escribíamos los nombres
de las estrellas y constelaciones como la B 612
y en los puertos nos gustaba besarnos
con el perfume de la piel.

Las cordilleras saltábamos
con un solo pie
al igual que las ciudades incendiadas
por los que inventaron las cifras de la vergüenza
el mar bebíamos con vino
el pan era exquisito con tierra
las furiosamente hermosas noches
estaban llenas de signos y proyección.

Cantábamos al ritmo de nuestras lenguas
cada vez que se nos aparecía una incógnita en el camino
vaticinaba yo que si hubiese estado despierto
este sueño sería un poema
escribíamos todo lo que podíamos imaginar juntos
y nos olvidábamos de la antigua vida
de los golpes que inflamaron nuestros corazones
de lo exuberante que puede resultar la vanidad
del recuerdo de una mentira idéntica a la infancia.

Ese era el momento de las invocaciones
con las cuales los parques se llenaban
de luces en el cielo y cánticos
de los hospitales salían despavoridos
los que conocían los augurios que venían con nosotros
los buses repletos de carreteras se arrojaban al mar
y la vida humana parecía alguien más
en este último viaje.

A las universidades iban los besos
y los países de Latinoamérica
eran más que los planetas
su noche estaba más adelante que la luna
inclinada hacia las contradicciones
de todo lo que es pero no debe ser.

Estos muchachos
se arrancaban las cicatrices mutuamente
y a las discotecas iban a curar a los leprosos
esos que se escondían en lo oscuro
y que jamás recibieron una palabra de amor.

Nadie nos detuvo
y no llegamos a ningún imperio
muchas veces nos extraviamos
y volvimos a andar por los mismos caminos
pedregosos, áridos, difíciles
pero aun así
si estos muchachos volvieran a buscarme
en alguno de los siglos venideros
yo sería el primero en salir a la calle
y decir vamos
vámonos con nuestras penas a cuestas
porque si de algo se trata la literatura
es hacer de la vida un paraíso
un paraíso en llamas.

~

La madre del poema



Ustedes saben mejor que yo
ustedes saben mejor que todos esos
que viven en el miedo y la vanidad
que los poemas son los peores hijos que una podría tener
a mitad de la noche nos sacan de la cama al oírlos
salir de la habitación por las ventanas como ladrones
de algo que ni siquiera saben
nos tienen preocupadas hasta el atardecer
cuando regresan hambrientos y sucios
pero impregnados de la ternura y el coraje
que es la vida misma
nos desvelamos por ellos
para que crezcan y lleguen a ser más felices que una
nosotras a nadie le interesamos
ni nuestra entrega ni el sacrificio
estamos siempre solas y no nos entienden
se burlan y dicen cosas a nuestras espaldas
pero incluso así
ese hijo descarriado
es el que nos llena de orgullo
porque gracias a él salimos de nuestras aburridas casas
le damos emoción a la rutinaria vida que significa este tiempo
y podemos decirle a todos en sus estupefactas caras:
–ese poema que va ahí yo lo crié
–ese poema que va ahí es el fruto de todos mis esfuerzos.

Ustedes saben mejor que yo
que la poesía está más viva que todos esos
que dicen tonterías para verse más inteligentes
sin saber que una vida anónima al escribirse es universal
y es el triunfo a un destino lleno de acumulación y fracaso
a nosotras la poesía nos ha dado una razón
para no abandonar la batalla y estar juntas
y esto sí que es vanguardia
dejar de limpiar el inodoro por escribir un poema
y esto sí que es antipoesía
dejar de hacer un plato de porotos por escribir un poema
y esto sí que es anticapitalista
dejar de ir al supermercado por escribir un poema
y esto sí que es acción de arte
dejar de hacerse mierda las manos lavando ropa
por escribir un poema
y esto sí que es una poética
dejar de hacer lo que estábamos obligadas
dejar de hacer lo que otros quieren que hagamos.

Ustedes saben mejor que yo
que la valentía es real cuando significa
renunciar a todo excepto al amor
la poesía es ese hijo
que al final nunca regresará
y así debe ser
pues quiere decir que nunca se irá de nuestro lado
o si vuelve quizá no se le reconozca
porque otro es su rostro y otro es su dolor
otras son sus esperanzas y palabras
cuando todo haya pasado
y nada haya sucedido.

***

 

En  Debajo de la lengua. Edición definitiva. Santiago de Chile/Madrid: RIL Editores, 2022.
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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