LOS NÍSPEROS
El comercio no puede con los nísperos,
desde que son arrancados de la planta
hasta ser colocados en el mercado
se echan a perder. Los nísperos
frutos sin precio, reacios a las balanzas,
los he visto crecer en patios
con muros de rojos ladrillos,
y verdes de un medicinal silencio.
Plantar nísperos, observar su crecimiento,
probar sus frutos es un arte remoto
como vivir a orillas de un río,
vivir un poco fuera del tiempo, o contemplar
las hojas a la hora de la puesta del sol.
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