Señor
Soy tan pobre
Que la única
Ofrenda
Que pude traer
Soy yo
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Yo era por entonces
un animal jadeante
tembloroso
algo de yegua
acomplejaba mi caminar
cuando los 17
coloreaban mis mejillas
abrimos nuestros
brazos Nuestras alas
nos lanzamos en
manga por sobre los sembríos
Nadie imagina
qué animales tan
horribles como las langostas
chocan en el aire
gimen agitan las patas
por unos segundos
libres en medio de la especie
sediento volador te
ofrezco mis joyas líquidas
Nuestros mejores
momentos se asemejan a esa tarde
cuando la felicidad
comenzó desde tus rodillas
en medio del verde
esponjado de los parques
todos estos años
aparecen como un rapto de genialidad
la única
desesperación es la esperanza
a setenta
kilómetros por hora a veinte
para la una de la
mañana
todos duermen El
chofer fuma
estoy en el último
asiento con las piernas entumecidas
Durante toda la
noche
la pista de baile
de la carretera
zarandeando un
corazón que viaja sin sentido
que huye
y es aplastado por
camiones
tres horas de mar
inmóvil
continuando la
superficie lisa del concreto
inmóvil
como mi corazón en
estos días
Hay una calle que
se llama cinco esquinas
Hay una mujer con
siete cuchillos en el corazón
Su corazón
Ennegrecido como la
foto de los desaparecidos
mostradas por sus
mujeres en alguna plaza de Suramérica
Él era mayor que
ella
Ella era menor que
él
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