domingo, 19 de abril de 2020

Charles Simic (Serbia, 1938)


Al Destino




Siempre fuiste para mí más real que Dios.
Armando el decorado para una tragedia,
remachando los clavos,
con solo unos pocos amigos íntimos invitados a presenciar.
Para pasar por buen vecino, volviste renga a una hermosa chica,
atropellándola con una motocicleta.
Puedo pensar en un millón de ejemplos similares.
Ídem: Cómo nosotros dos nos seguimos encontrando.
Una máquina de chicles que adivinan la suerte en Chinatown
puede tener la respuesta,
una puerta vieja que chirría al abrirse en una película de horror,
un mazo de naipes que dejé en una playa.
Puedo sentirte acurrucado junto a mí, a la noche,
con tu aliento caliente, tus manos frías –
y yo como un piano ya viejo,
oscilando, fuera de la ventana, colgado en la punta de una soga




To Fate




You were always more real to me than God.
Setting up the props for a tragedy,
Hammering the nails in
With only a few close friends invited to watch.
Just to be neighborly, you made a pretty girl lame,
Ran over a child with a motorcycle.
I can think of a million similar examples.
Ditto: How the two of us keep meeting.
A fortune-telling gumball machine in Chinatown
May have the answer,
An old creaky door opening in a horror film,
A pack of cards I left on a beach.
I can feel you snuggle close to me at night,
With your hot breath, your cold hands--
And me already like an old piano
Dangling out of a window at the end of a rope.



(Fuente:  El poeta ocasional)

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