jueves, 6 de marzo de 2025

Mario Arteca (La Plata, 1960)

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“JOSEPH BRODSKY”

(montaje sobre un texto leído por el poeta ruso, 
en la Feria del Libro de Turín, Italia, en 1988)
 
 
1.1. (plan de lectura)
 
“Hace un siglo Nietzsche perdió
la razón en Turín, y todo cabe
en una cinta de Moebius. 
 
Lo perdurable es un aspecto
en este negocio, porque afecta
la existencia de un autor muerto
más allá de los límites,
y suministra a un autor vivo
un futuro más amplio.
 
Los libros son pequeños
y los peores duran más
que sus autores. A menudo
ocupan estantes y polvo,
mucho después de que el propio
escritor se haya convertido
en un trozo de partícula. 
 
Pero aun esta forma de futuro
es mejor que la memoria
de unos cuantos parientes
con quienes no se puede contar. 
 
El apetito por esta dimensión
póstuma pone la pluma
en movimiento.
 
Y mientras manipulamos objetos
tocamos lo primero que surge:
urnas y cenizas. Ya regreso. 
 
Lo que se incluye en la escritura
es la vida de un hombre. Analizar
es un ejercicio de morir en más
de un sentido. Al concebir un libro
nadie se vuelve más joven, ni tampoco
por leerlo. Igual, hay una preferencia
natural por los libros buenos. Pero
lo “bueno” no es una categoría
autónoma. Es la raison d’être
de los actos en los que se toma parte.
 
Leer libros lleva tiempo. Debemos
arbitrar un sistema que permita
cierta apariencia de economía. No
se puede negar el placer de encerrarse
con una novela mediocre, gruesa y lenta;
podemos complacernos de esa manera
sólo hasta cierto punto. Al final,
leemos no por leer sino para aprender. 
 
De ahí la necesidad de concisión,
de condensación, un atajo. Una
brújula en el océano de la materia
disponible. El papel de esa brújula
lo desempeña la crítica. Por desgracia,
la aguja oscila sin sentido. Lo que
para unos es norte, para otros será sur. 
 
El problema con el crítico es triple:
a) puede ser un escritor tan ignorante
como nosotros; b) puede tener
predilección por cierto tipo de escritura
o acomodarse a la industria editorial,
y c) si es un escritor de talento,
convertirá las críticas en una forma
de arte independiente. Uno puede
acabar leyendo los comentarios
más que los propios libros.
 
En todo caso, nos encontramos
aferrados a una balsa cuyo
volumen de flotación no es seguro. 
 
La alternativa sería desarrollar
el gusto propio, fabricar nuestra rosa
de los vientos. Esto supone tiempo,
y bien podría uno encontrarse
viejo y gris buscando la salida
con un tomo bajo el brazo. 
 
La alternativa será la opinión de un amigo,
una referencia encontrada en un texto.
Porque se trata de un procedimiento
familiar a todos, desde la niñez,
otra tempestad en el océano. 
 
 
En Trece formas de sujeto
 
***
Este primer poema del libro tiene tres partes. Solo publico la primera. Los trece sujetos son: I Joseph Brodsky, II John Ashbery (primera versión), III Tomás Tranströmer, IV Seamus Heaney, V Vasko Popa, VI Paul Celan, VII Derek Walcott, VIII Bei Dao, IX Marina Tsvietáieva, X Zbigniew Herbert, XI Ted Hughes, XII José Kozer, XIII John Ashbery 

 
 
(Fuente: Marcos Herrera)

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