
La luz atraviesa las máscaras sin un grito.
Dolor más duradero que el fuego, mi discordante
La noche se desvía hacia las heridas que sangran entre la
muralla que hay que borrar y la mirada que hay que suprimir.
Hay crisálidas que se mueven lentas en un camino cojo
arrasando los alimentos arcaicos bajo los susurros
imperceptibles de un amanecer lejano.
Tengamos el ojo en vilo mientras balbucean
luciérnagas de soledad.
vivir / sobrevivir en la jungla frente al terror de las quimeras.
A falta de luz, aprendamos a madurar chupando la miel
oculta de las tinieblas.
Los fuegos del deseo poco a poco se comen la noche.
Traducción Rodolfo Häsler
Serie Imagen y Palabra
Fotografía Enrique Hernández-D’Jesús
(Fuente: Enrique Hernández-D’Jesús)
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