DESEAR ES UN EXILIO ATERRADOR
DESEAR ES UN EXILIO ATERRADOR
siluetas de relámpagos
cuyos horizontes se parecen a una peregrinación
de lagartos incrustados unos en otros
una luna de cobre lo desborda de mi pecho
mientras
en un cine, una enorme autopista entra por la puerta de servicio
se incrusta en la pantalla
vuelan cuerpos desnudos y un niño abrazado
a la pierna de su madre,
una especie de erotismo sagrado que no viste llegar porque estabas
dándole besos a tu afrodita muerta
desear es un exilio aterrador
dos cerebros copulando en una habitación repleta de cosas brillantes
elevada dos o tres metros sobre le nivel del mar
la influencia espiritual es casi inexistente, lo sabés,
acá pasan hombres montando conejos con pipas en la boca y
gamulanes
no soy visionaria pero conozco el mundo
sé de qué lado está tu casa -al oeste- por el olor a ropa limpia y la
estática de lo ordinario
el futuro es una boca yéndose al pasado
una sátira viral en la lengua de un fantasma
¿respiramos temblor o azufre?
no sabremos,
ninguno de los dos, jamás, la diferencia.
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