Tuve una vez un gran amor
que derribó mi casa
agrietó mis puentes
y me
hizo perder el equilibrio
Después vinieron las réplicas:
amoríos de baja intensidad
que ni siquiera
me hicieron temblar
En cuanto al gran amor
ay mísero de mí
todavía respira
debajo de las ruinas.
(Fuente: Benditos poetas)
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