De las ciencias ocultas del maestro B.B.
Un poema son hierbas prensadas.
Hay vida en ellas para extraer su espeso jugo
primero hay que masticarlas cuando aún están frescas.
Debes exprimirlas entre los dedos carcomerlas a tu modo
hasta que queden como una bolita de pan
lo cual también te está permitido hacer incluso
en un campo de concentración.
Envuelve la bolita en las palabras comunes de un periódico
protectoras del hábil objeto fácil de transportar
en un frasco de aspirinas en un paquete de cigarrillos.
Lo esconderás baja el forro tras una tabla del barracón
y cuando con el látigo te descosan las huellas de los bolsillos
podrás guardarlo en la punta de la lengua
para después entregárselo repentinamente a alguien
para que lo esconda.
Donde no se tiene en cuenta ni los crímenes ni los ascensos
donde los logros mañana serán objeto de puja
donde murió la filosofía donde se apagó el infierno
y las películas y las novelas son cosa de la industria
donde la crítica es una puta la pintura se ha vuelto ciega
quizá un poema sea lo único
que tenga alguna posibilidad.
En Guijarros, Huerga & Fierro, Madrid, 1997
Traducción de Fernando Presa González
Envío de Jonio González
Foto: Konstanty Puzyna, 1972 Andrzej Pisarski/FOTONOVA/Wyborcza
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)
No hay comentarios:
Publicar un comentario