Dos poemas
La Jesenská
Madre hacía cerámicas. No el Keramikós, el Cerámico al que se accede por la calle Ermou. El barrio de los alfareros atenienses cuya parte exterior se consagró como cementerio militar. Fluía allí el río que nacía en el monte Likavitós. Calles solitarias, silenciosas, frecuentadas sólo por gatos. La mayor necrópolis del país donde el sol pega fuerte y apenas hay algunas sombras para refugiarse. Por una de sus puertas, la procesión de los misterios de Eleusis. Los participantes iban a pie hacia la ciudad agitando ramos y gritando procacidades. Madre hacía cerámicas, una alfarera, madre un camposanto donde se depositaban los restos. Madre, un dormitorio donde los cuerpos esperaban su resurreción. Madre, cubierta con tierra santa de Jerusalén. Madre prohibiendo encender cirios y pasar la noche entre sepulturas a las mujeres. Madre, la cripta, el nicho, las capillas y los altares.
Nebly to moje deti *
* En checo: No eran mis hijos
La Jesenská, Paradiso, Buenos Aires, 2019
La granada
Buscame en el paredón. Allí, en las murallas de la ciudad de Kaffa; allí donde los tártaros capturan cadáveres infectados; allí en el año 1346. Buscame donde se arrojaban las cabezas de los soldados cautivos; sobre los muros de las fortificaciones. En la ejecución. Cerca del fusilero de montaña; pero del otro lado. Cerca del soldado de infantería. Del otro lado. En el charco. Descruzo las piernas, la blandura abundante de la pared no te retiene. Hay un derrame como de saliva aspirada. Descruzo las piernas. Me bajo de la cama. Se evapora. El charco que limpio con un trapo. Sobre el piso. Buscame en el paredón. En el charco sobre el piso, como práctica fenicia adorando el sexo del sacerdote. Y un derrame de saliva, y la muerte de los cristianos en el año 203, y los pies que se nos enfrían. ¿Acaso, ese charco, lo habremos hecho juntos?
La granada, Tsé Tsé, Buenos Aires, 2003
Madre hacía cerámicas. No el Keramikós, el Cerámico al que se accede por la calle Ermou. El barrio de los alfareros atenienses cuya parte exterior se consagró como cementerio militar. Fluía allí el río que nacía en el monte Likavitós. Calles solitarias, silenciosas, frecuentadas sólo por gatos. La mayor necrópolis del país donde el sol pega fuerte y apenas hay algunas sombras para refugiarse. Por una de sus puertas, la procesión de los misterios de Eleusis. Los participantes iban a pie hacia la ciudad agitando ramos y gritando procacidades. Madre hacía cerámicas, una alfarera, madre un camposanto donde se depositaban los restos. Madre, un dormitorio donde los cuerpos esperaban su resurreción. Madre, cubierta con tierra santa de Jerusalén. Madre prohibiendo encender cirios y pasar la noche entre sepulturas a las mujeres. Madre, la cripta, el nicho, las capillas y los altares.
Nebly to moje deti *
* En checo: No eran mis hijos
La Jesenská, Paradiso, Buenos Aires, 2019
La granada
Buscame en el paredón. Allí, en las murallas de la ciudad de Kaffa; allí donde los tártaros capturan cadáveres infectados; allí en el año 1346. Buscame donde se arrojaban las cabezas de los soldados cautivos; sobre los muros de las fortificaciones. En la ejecución. Cerca del fusilero de montaña; pero del otro lado. Cerca del soldado de infantería. Del otro lado. En el charco. Descruzo las piernas, la blandura abundante de la pared no te retiene. Hay un derrame como de saliva aspirada. Descruzo las piernas. Me bajo de la cama. Se evapora. El charco que limpio con un trapo. Sobre el piso. Buscame en el paredón. En el charco sobre el piso, como práctica fenicia adorando el sexo del sacerdote. Y un derrame de saliva, y la muerte de los cristianos en el año 203, y los pies que se nos enfrían. ¿Acaso, ese charco, lo habremos hecho juntos?
La granada, Tsé Tsé, Buenos Aires, 2003
Ana Arzoumanian - Paradiso Ediciones - Buenos Aires Poetry - Poetas Siglo XXI - La Nación - El Infinito Viajar - La Convención - Vallejo & Co. - 1 Poeta 10 Preguntas
Foto: Silvina Báez/Ana Arzoumanian/Facebook
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)
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