SEGÚN PASAN LOS AÑOS
Es que los años pasan, mi amor.
Pasan y se llevan
la propensión al desarraigo,
las cascaritas,
la lengua partida y el romance
con lo oscuro de la noche.
Dejan estrellas, la fiebre;
lavan el paño enfermo
y el mito
de que el insomnio es el sueño
de corazones ardientes.
Amar también es descansar.
Esos mambos de brazos rotos,
de abrazo frágil,
empiezan
a volverse pequeñitos;
mamadera de dolor…
Y ya no, amor,
ya no.
Porque los años pasan
y se llevan el gesto
de revolcarse entre astillas
con la esperanza
de sentir algo.
Pasan y dejan esta fe
en que el amor es eso
que hace cuerpo
del hambre del cuerpo
y sienta al sol
a mirar de reojo.
de Estaciones, Editorial Sudestada, 2020 |
*
Amemos contra todo
A contramano del mundo
que nos aísla desolados
Amemos contra el miedo
contra la vergüenza
contra la derrota
contra el incendio de los bosques
y la sequía de los lagos
A contramano del egoísmo
A contrapelo de alfombras rojas
donde parecemos más altos
esbeltos
lagartos
Amemos contra la amargura
de los domingos solitarios
contra la soledad de las bombillas
que se quedan sin charla
Amemos en rebelión
amemos revelando
contra la soberbia que dice
más de lo que sabe
y no saborea lo que siente
tan lengua larga
A contragolpe de el error no forzado
A contracorriente por rescatar a los náufragos
que bracean su exilio
de alguna guerra
Amemos contra las rejas
y contra las cuerdas sigamos amando
tocando acordes
pactando el ancho
que abra fronteras
a un nuevo encuentro
A contrafilo de violencias
por creer en algo
A contravención de carencias
y ley de mansos
Amemos en los huecos
y las alcantarillas
a los que andan arrastrando
a los barranca abajo
Amemos contra los dolores
que se nos anudaron
contra la lección que los horrores
nos enseñaron
contra la desidia
el silencio
el olvido
Contra todo pronóstico amemos
a contracarril de la marcha
que abandona el verano
A contradicciones amemos
A conjunciones
Amemos contra todo
contra las preposiciones
y las suposiciones
Amemos contra a
Amemos con
Amemos con otro
Amor, hoy te olvidaste de sacar la basura,
dejaste la tapa del baño arriba
y apretaste el pomo por la mitad,
y yo te miré, te vi,
tan hermoso como siempre,
tan alunado,
tan solicito en una mañana de campo;
y dejé la basura en el tacho,
me reí al verme en el espejo
buscar con el culo el inodoro,
equilibrista de la necesidad.
apreté el pomo por abajo,
llevé la pasta hacia arriba,
y estoy casi segura
de que doblé mi ropa
tarareando una canción.
Te cuento esto
por si llega el día
en que parece
que nos divide todo
lo que no importa.
Son puras mentiras,
que lo sepas vos,
que lo sepa yo.
Pasa
que a veces se apaga
el fuego de dos
y nos quedamos
mirando las brasas
buscando calor.
Si caemos en esa,
por favor, recordemos que hoy
te olvidaste de sacar la basura
y los edificios
igual se doblaron
cuando sonreíste.
LA CIUDAD HABITABLE
Resista. Exista. Encuentre entre sus afectos la ciudad habitable.
Organice la solidaridad. Cuide a los suyos, teja redes. Comparta el plato de comida cuando falte.
Abrace y contenga. Déjese abrazar y pídalo cuando haga falta.
Lo quieren quebrado. Lo quieren asumiéndose imposible. Lo quieren muerto por dentro y esclavo.
Grite cuando haga falta, mascullar hace mal al alma y a los dientes.
Renuncie a la resignación. Anuncie la exasperación. Contagie.
Camine
un poco más pero elija siempre a los propios, cada cual merece el jugo
de los trapos que no lava. Esto es parte de la justicia.
No practique la empatía con los hijos de puta, puede convertirse en uno de ellos.
A la estética, ética.
Esquive la anestesia general.
Diviértase, pero no se entretenga.
Ría como una espada. Sueñe como un escudo.
Practique la memoria del futuro haciéndose presente.
A la supervivencia, vivencia. Avive la llama.
No se acostumbre.
No se acostumbre.
No se acostumbre.
Exista en la identidad.
Resista la autoridad.
Encuentre entre sus afectos la ciudad habitable.
*
Que vuelvan los lentos y las molotov, Editorial Sudestada, 2019 Prólogo de María Ferreyra |
(Fuente: Emma Gunst)
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