2 UN PEU DE SOCIOLOGIE
3 BOULEVARD ARAGO
8 LA JOCONDE
(Fuente: Campo de maniobras)
[1] Poeta iraquí nacido en Shirqat, al norte de Irak, en 1967. Novelista y traductor. Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid con la tesis: Las huellas de la cultura islámica en El Quijote. Vive en España desde 1995. Entre sus publicaciones, destacan: El regalo del siglo que viene (1995), Hojas lejanas del Tigris (1998) y Migajas esparcidas, obra con la que obtuvo el premio Arkansas 2002 a la mejor obra literaria árabe traducida al inglés. Codirige la revista cultural árabe Alwah. Los dos poemas traducidos por el propio poeta, pertenecen a Todos somos viudos de respuestas.
(Fuente: Poesía árabe.com)
(Fuente: El poeta ocasional)
(Fuente: Jonio González)
No hablo del abuelo y su breve lozanía,
de sus manos ariscas. No hablo
de su longevo padre ni de la tía solterona
que ordeñaba las vacas
ni de aquella cuya muerte a la mitad del otoño
interrumpió el cultivo de las zarzas. Tengo
demasiados huesos en la boca. Hablo
de mis otros ancestros: Lucy, la chimuela,
sus cincuenta y dos huesos,
su muerte milenaria
de veinte años,
todas sus fracturas.
Hablo de sus hijos,
no sabemos cuántos, dónde
de sus hallegados:
Ardi, la de las largas manos,
hallada junto a un río, su cadáver
recogido por partes y sus huesos
constelados sobre un fondo negro
son apenas el gesto borroso, movido
de un cuerpo. Hablo de ese carnal agradable
que primero encontró en su cara la sonrisa
e hizo de la amenaza de los dientes
una señal ambigua de afecto, y de una zarigüeya
con nombre de tía, Juramaia sinensis, escasa
ascendienta de apetito fúnebre, animalia chordata,
rápida, trepadora, dúctil,
eutheria, la primera bestia verdadera.
Y también de los otros, ese
de nombre y vocación heroica, Hynerpeton,
el primero en dejar el agua. Hablo del reino
Animalia, celebro con ardor y arrebato
a ese antecesor fogoso que inauguró el sexo
un buen día hace millones de años,
pero también a los ancianos platelmintos,
hermafroditas, parásitos, parcos,
con su acumulación humilde de neuronas.
Hablo de la simbiosis parasitaria
de eucariotas y procariotas,
de la incipiente mitocondria.
Celebro, al fin,
a esa primera célula organizada,
a la primera huérfana
y a la última, a ella, inmaculada madre unicelular,
sin pecado concebida, bendita
entre toda la materia estéril.
A ella, he olvidado su nombre,
Melusina, Laura, Isabel, Perséfona, María,
y bendito es el fruto de su vientre.
Ediciones Liliputienses
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)