Algún día voy a amar a Ocean Vuong
Ocean, no tengas miedo. El final del camino está tan lejos que ya lo dejamos atrás. No te preocupes. Tu papá es solamente tu papá hasta que alguno de los dos se olvide. Igual que la columna vertebral no se acuerda de sus alas por más veces que besemos el asfalto con las rodillas. Ocean, ¿me escuchás? La parte más linda de tu cuerpo es donde sea que caiga la sombra de tu mamá. Acá está la casa con la infancia apenas reducida al cablecito rojo que hace saltar la trampa. No te preocupes, vos hacé de cuenta que es el horizonte & nunca lo vas a alcanzar. Acá está el día de hoy. Saltá. Te prometo que no es un bote salvavidas. Acá está el hombre con los brazos lo suficientemente anchos para recoger tu partida. & acá está el momento, cuando se acaba de apagar la luz, en que todavía se ve la antorcha tenue que brilla entre sus piernas. Cómo la usás una & otra vez para encontrar tus propias manos. Pediste una segunda oportunidad & te dieron una boca para que te vacíes. No tengas miedo, que las balas son apenas el ruido que hace la gente al intentar vivir un poco más. Ocean, Ocean, levantate. La parte más linda de tu cuerpo es hacia donde va. & acordate, la soledad sigue siendo el tiempo que pasás con el mundo. Acá está la habitación con todo el mundo adentro. Tus amigos muertos te atraviesan como el viento a esas campanas llamadoras de ángeles. Acá hay un escritorio con una pata chueca & un ladrillo para hacerlo durar. Sí, acá hay una habitación tan cálida y cercana como sangre, te lo juro, que te vas a despertar & vas a confundir estas paredes con piel.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg Dib
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