El don de la insignificancia
El don de la insignificancia
de la que quise salir llenándome de adornos
de cosas que me señalaran, me titularan, me validaran
como merecedora de ser tenida en cuenta
por los tasadores de mercancía a la venta
en los atrios y en las plazas de poder,
hasta que comprendí que ya llevaba conmigo el aval
y me puse en la fila de los humanos
que intentan ser merecedores de ese nombre.
Begoña Abad. Los dones. Ed. Pregunta, 2025
(Fuente: Voces del extremo)
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