miércoles, 25 de diciembre de 2024

León Peredo (Buenos Aires, 1978)

 

Cuando digo pájaro 

 

se hace nido mi boca, se transforma mi lengua
en manta, el paladar duda y vuelve
a gustar las patitas, las alas, las plumas.
Cómo volver a los asuntos cotidianos,
como si nada hubiera pasado,
cuando pasó de todo,
porque dije pájaro.
 
Toso y salen plumas de mi boca.
 
Y si lo escribo muero por el asombro,
se detienen mis ojos en ese mástil de
paraguas que dibuja la jota como si fuera
una gota golpeando un campanario.
Cómo chupar el mate, ir al trabajo,
subir al colectivo, como si nada,
cuando pasó de todo,
porque dije pájaro.
 
Cómo reponerse a ese tilde que cae
como un rayo, a esas vocales abiertas
cómo una boca soplando detrás de
una ventana.
 
Cómo sentirse solo o mal habido
o siquiera herido por las horas humanas,
cuando he tenido un momento
en mi sangre las silabas extravagantes
qué huelen a carne, a cielo.
Se dan cuenta que podemos decir pájaro?
No es acaso eso un milagro, una razón
suficiente
para salir a la calle
con los huesos alegres de haber vivido tanto.
 
De que esta vez sí el amor,
porque dije pájaro.
 
Puede ser una imagen de pájaro y texto
 
 
 
(Fuente: Mónica Córdoba)

No hay comentarios:

Publicar un comentario