EL CÓMPLICE DE LA ILUSIÓN
Ahora no está.
Bien mirado, sacer conejos de la galera
no revela la arbitraria virtud de un arte.
Apenas, sí, el delicado equilibrio
que se esconde entre cálculo y caos.
Es preciso tomar en cuenta también
la obligada complicidad del conejo,
quien jamás confesará cuáles son
los límites del limbo
donde está cuando no está.
El conejo milagrosamente extraído de la galera
honra con su silencio al labio leporino que lo adorna
que todavía sabe de códigos que respetar.
El mago no importa.
Ahora está.
Ahora no está.
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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