Poema
No hay nada más que letras, así que debe ser invierno. ¿Cómo serán estas chicas por dentro de sus abrigos? Están hablando sobre el botiquín de Salinger. Si me llamás a la mañana, no me llames “bizcochito”. Siempre están los deportes; una frase que seguís escribiendo una y otra vez. Sigamos avanzando más allá del punto. En vez de pararnos en seco. Un poema se puede ediditar para mejojorarlo. La traducción, en cambio, se parece a un eclipse: se ve la emanación de los contornos; el origen no se ve tan bien, pero el destino es nítido. Mientras soñaba me olvidé de un verso. Un montón de arbolitos de navidad en la esquina, de costado. El recuerdo de volar sobre el Monte Rainier.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg Dib
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