lunes, 23 de diciembre de 2024

Claudia Dabi (Chivilcoy, Pcia. de Buenos Aires)

 Puede ser una imagen de rata

 

ROEDORES 

 

Gira esta vida de posibilidades
y su antónimo antihorario innegable.
Ay la furia de la jungla
y su desparpajo
y su desesperanza.
Cal y arena
desangran y confiscan
distancia y cercanía.
La nube tangible
entre mordidas de clavicordios.
Perenne en el umbral de la pólvora
el carrusel de partituras,
jinetes arremolinados,
caballos con espinas,
viscosidad en las teclas del piano.
Maquinaria en desuso cuelga
como tripas de pescado.
Candelabros de los funerales
tras los postigos del sollozo.
La oscilación de murciélagos
en la enlutada, densa bóveda,
un vendaval de cuellos degollados,
una bengala para su berrinche.
Afuera los boticarios,
el lustrabotas, el condenado,
cabalgatas en los balcones,
el ruiseñor volando hirviente
sobre las tumbas bajo el asfalto.
El feto indisputable amamantándose
con asteriscos dulces
sobre neumáticos de tos,
pirámides de fusiles,
moscas,
saqueos de felicidad de plástico a quemarropa.
Carcajadas,
explosiones subterráneas,
ventisca de abejas,
siniestros espantapájaros
plumaje gris de la mentira.
Capitulación del subsuelo consciente
entre moho y telarañas.
Aliento de sofoco
en la envoltura de los utensilios,
se mueven, viven, renacen.
Cosas, cosas,
costuras y ruedo de las cosas
para su vida útil.
Pómulos como pomelos rosados de la risa. Inepto.
Nada pasa, nada pesa.
Pero todo ha pasado.
Gira el tenedor que enrolla los rulos del mar,
inmisericorde espagueti salteado
con siete pescados capitables.
Derrama de rodillas sobre la nieve
salinos cementerios líquidos de arrepentimiento (o de temor)
De espaldas el crepúsculo le niega la mirada,
gaviotas humeantes rondan
valijas deshechas de realismo sepulcral.
Una vela por cada párpado velador encenderá.
Es la hora gris y su impuesto a la deshonestidad.
Clavará un relámpago acústico y lisonjero,
romperá la luna a llorar de ausencias,
después de todo no sería pertinente otra cosa.
Otros roedores de la noche acabarán su vacío
estrellado a último momento.
Porque todo ha pasado. Y no se olvida. 
 
 
           Sin prisa sin pausa
Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina

 

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